Sambrenil admitió el homicidio de Patricia y recibirá perpetua

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Foto: Julián Colombo (Twitter)

En el inicio del juicio con jurados populares, Marcelo Sambrenil, acusado por el femicidio de su ex pareja Patricia Pappa, reconoció ser el autor del aberrante hecho y recibirá cadena perpetua en un juicio abreviado.
El veredicto se conocerá por la tarde, aunque el fiscal de Cámara Julio Rivero precisó que «la única pena posible por el tipo de imputación es la cadena perpetua»
En la sala se vivieron momentos de conmoción y dolor por parte de los familiares de la víctima. El homicida apuñaló y prendió fuego a la mujer en la cochera de un edificio en calle Lavalle y luego huyó caminando hasta que fue detenido por la Policía.
Matías, hijo de la víctima fatal, fue testigo del aberrante homicidio y resultó amenazado por Sambrenil cuando intentó evitar el brutal ataque. «No pude olvidar ninguna imagen de aquel día. Quiero que -el homicida- pague con la pena más dura», enfatizó.

La resolución

Según surge de la resolución de elevación a juicio del fiscal Javier Di Santo, el pasado 19 de noviembre de 2014, a las 13,30, «Marcelo Mariel Fabián Sambrenil, provisto de un cuchillo y de una botella conteniendo un líquido inflamable, ingresó utilizando un control remoto a la cochera ubicada en el lado norte del edificio ubicado en calle Lavalle 553»
Di Santo precisó que el homicida conocía «que al lugar arribaría Patricia, con quien había mantenido una relación de pareja por el transcurso de unos seis años conviviendo en el inmueble citado».
«Una vez que la mujer llegó hasta donde tenía estacionada su motocicleta fue sorprendida por Sambrenil, quien se interpuso en su camino asestándole tres profundas cuchilladas a la altura del abdomen y dos más en su mano izquierda al procurar la mujer defenderse de la agresión. Cuando se encontraba caída por el ataque, se presentó en el lugar Matías Emanuel Villanueva -el hijo de la víctima-, alertado por los gritos de su madre que se escuchaban desde el departamento “c” que ocupaban en el 5to piso del mismo edificio», relató el fiscal.
Agregó que, «al advertir Sambrenil la presencia del joven, que lo increpaba por lo hecho a su progenitora, lo acometió con el cuchillo sin llegar a lesionarlo, por lo que Matías se dirigió hacia la salida de la cochera intentando procurarse de un palo u otro elemento para defenderse».
«Ese instante fue aprovechado por Marcelo Sambrenil para asegurar la muerte de Patricia Pappa, quien sin capacidad de resistencia por las heridas recibidas yacía en el piso a su merced. Así, actuando sobre seguro, derramó sobre su cuerpo, especialmente en el rostro y parte superior, el líquido combustible que traía e inmediatamente le prendió fuego con un encendedor, produciéndole serias quemaduras en todo su cuerpo», describió.
Di Santo precisó que «alcanzado su cometido, y mientras Matías intentaba socorrer a su madre apagando el fuego con sus manos, Sambrenil se retiró del lugar caminando, evadiendo a quienes intentaban detenerlo amedrentándolos con ademanes de extraer una supuesta arma que portaba en el bolso».
«Finalmente fue aprehendido en la intersección de las calles Lavalle y 25 de mayo por la acción de terceros y personal policial que acudió al lugar anoticiado del ilícito. Trasladada Patricia Pappa al Nuevo Hospital San Antonio de Padua, a las pocas horas falleció por Shock mixto hipovolémico y neurogénico debido a quemadura y heridas de arma blanca», puntualizó.

«No hubo emoción violenta»

En forma contundente, Di Santo descartó «cualquier posibilidad de la aplicación de una atenuante relacionada con la emoción violenta, toda vez que las Pericias psicológicas y psiquiátrica la descartan»
Agregó que «las pruebas reunidas, concatenadas con las reglas de la lógica y la experiencia se encaminan a reprocharle un obrar premeditado, que aleja toda posibilidad de la aplicación de aminorantes o declaración de inimputabilidad en su favor».

Testigo del horror

En su fundamentación, Di Santo señaló que la prueba «permite desacreditar la endeble posición asumida por Sambrenil, en tanto pretende justificar su obrar en una supuesta infidelidad de su pareja».
«Se impone acudir a lo narrado por Matías Emanuel Villanueva, hijo de Patricia Pappa e involuntario testigo del hecho, quien acudiera en auxilio de su madre conmovido por sus gritos de pedido de ayuda. Relevante resulta su declaración, al describir detalladamente que el ataque a su progenitora se desarrolló en dos momentos claramente diferenciables, uno aquel de las lesiones que le profiriera Sambrenil con el cuchillo y la arrojaran gravemente herida al piso, circunstancia que demandara su inmediata intervención al divisar al atacante de su madre con el arma en su mano, y el restante, breve lapso después, pero discontinuo, en que Sambrenil luego de acometer contra Matías y cuando este se procuraba algún elemento para defender a ambos, volvió sobre sus pasos y derramó un líquido inflamable sobre el cuerpo inerte de la mujer, con la dolosa intención de acabar con su vida», señaló.
Para Di Santo, «despojando cualquier tipo de dudas respecto de su responsabilidad directa en el injusto penal, resta agregar que los extremos expuestos por los testigos, se condicen con la propia declaración del imputado»

«Absolutamente probado»

Para el abogado de la familia de Patricia, la actitud del asesino reveló que «fue una emboscada» y sostuvo que «está absolutamente probado».
El doctor Marcos Cabrera descartó desde un principio que haya existido emoción violenta y resaltó que Sambrenil, único imputado, «planificó todo lo que iba a hacer».
El abogado había señalado en declaraciones a Telediario que el autor del aberrante crimen llevó «hasta un control remoto» para abrir el portón de la cochera.

«Es una causa clara de violencia de genero. Esta persona planificó su accionar, ingresó con un control remoto que consiguió por otra vía, aflojó la luminaria para hacer una emboscada a Patricia, llevó combustible, un encendedor y una cuchilla»; relató.
Cabrera repudió que Sambrenil haya señalado que cometió el crimen «para ocultar un engaño».
«No hubo ningún engaño. Es una estrategia defensiva para ocultar la alevosía. Cuando la tenía malherida en el piso la roció con un combustible. La mató de una manera brutal», enfatizó.

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