Favio Reinoso tiene 20 años y es padre de un bebé de 8 meses. Recibe una pensión por discapacidad que no le alcanza para poder solventar la vida de su familia y desde hace 4 años lava vidrios de los automóviles que se detienen sobre Avenida España, en su intersección con Jaime Gil. Una historia dolorosa con un único reclamo: un trabajo digno.