En la continuidad del juicio a Antonio y Jacinto Frangie, este miércoles se espera en la Cámara Segunda del Crimen la declaración de un hombre que les habría comprado droga y que fue incorporado como testigo clave en la causa, debido a que podría explicar cómo era el proceso de comercialización de los acusados.
El ex sargento policial y el ex empleado de la subsecretaría de Gobierno Municipal llegan imputados junto a la concubina de Jacinto Frangie por tenencia de drogas con fines de comercialización.
En la misma audiencia, también declarará una efectivo policial que participó del procedimiento en la vivienda en Sadi Carnot al 1024 y conoce la investigación que derivó en el allanamiento.
Las testimoniales fueron solicitadas por el fiscal de Cámara Jorge Medina, quien intenta determinar si Frangie formaba parte de las operaciones de venta como sostuvo el fiscal Walter Guzmán en su instrucción, ó solo era un consumidor.
Dos pruebas complican al ex empleado municipal: Una escucha telefónica en la que se probaría la venta de una dosis de cocaína a un «cliente» y el hallazgo de estupefacientes en su vivienda.
El hecho
Según surge de la investigación a cargo del fiscal Guzmán, el 16 de mayo del año pasado, a las 19,35, se presentó en la vivienda en Sadi Carnot al 1024 un hombre que fue atendido por Jacinto Frangie. «En dicha ocasión Marina del Carmen Mansilla, junto con su pareja, le vendieron dos gramos de clorhidrato de cocaína compactado en forma cilíndrica, acondicionado en papel film transparente y cinta negra, a cambio una suma de dinero», indicó el fiscal.
Añadió que «a los pocos instantes el comprador salió de la vivienda y se retiró en un automóvil Volkswagen Gol, en sentido oeste, doblando por Pasaje Jefferson en sentido norte».
«Al ser advertida la situación por personal policial que se hallaba realizando tareas de vigilancia en el sector de la morada referida, se le practicó seguimiento al mencionado, sin ser perdido de vista en ningún momento, logrando interceptarlo en calle Echeverría intersección con María Olguín. Una vez en sede policial y en presencia de dos testigos hábiles se incautó el estupefaciente», precisó.
Ese mismo día, alrededor de la hora 20:30, un agente de la División Drogas Peligrosas, Policía de la Provincia, junto con personal a sus órdenes, ingresó al inmueble en Sadi Carnot -planta alta- ocupado por Antonio Frangie. En forma voluntaria, el ex empleado municipal entregó dos envoltorios, «uno de ellos con una rodaja de clorhidrato de cocaína compactada acondicionado en papel film y cinta negra por el peso de 3,4 gramos, mientras que el restante termosellado en sus extremos de color
blanco conteniendo cocaína en polvo por el peso de 0,3 gramos»
«Seguidamente se continuó con el registro del aludido placard, incautando desde el segundo cajón, un plato con un rallador de 10 cm de largo por tres cm de ancho, con restos de cocaína; dos tubos cilíndricos, uno de color blanco de 10 cm de largo y el restante un sorbete con líneas azul, roja y blanca; una tarjeta de Banco Galicia Visa de color azul y negra; un recorte de nylon blanco; un envoltorio circular recubierto con film y cinta negra (similar al entregado por Antonio Frangie), todos con restos de cocaína», detalló el informe del fiscal.
Añadió que «desde el mencionado placard, concretamente en la parte superior se incautó una tapa de gaseosa; un recipiente amarillo, similar al que poseen los huevos kínder y dos hojas de trinchetas, todos con restos de cocaína».
En la continuidad del allanamiento se revisó una segunda habitación, hallando «un recorte de nylon blanco circular; una hoja de trincheta; un colador y un envoltorio de forma circular con papel film y cinta negra (similar a los antes descriptos), todos con restos de cocaína».
De manera simultánea, una oficial de la División Drogas Peligrosas, junto con personal a sus órdenes, accedió a la planta baja de la vivienda ocupada por Marina Mansilla y Jacinto Frangie. Allí se logró incautar «clorhidrato de cocaína en polvo por el peso de 0,5 gramos, la cual se hallaba esparcida en forma de una línea».
También se incautó «una hoja metálica de color gris oscuro, (hoja de un cúter); una tarjeta de plástico Neverland; un trozo de bombilla plástica(sorbete), todos con restos de clorhidrato de cocaína; un trozo del mencionado estupefaciente de forma irregular por el peso de dos gramos, que se hallaba en el interior de un colador metálico gris».
Los investigadores hallaron, además, «un trozo de clorhidrato de cocaína de 7 gramos compactada en papel film transparente, un recipiente de plástico con once envoltorios de cocaína en polvo “alita de mosca” que pesaban 3,5 gramos, una bolsa de nylon de cocaína compactada con 8,6 gramos y un envoltorio de papel film con restos de clorhidrato de cocaína.
En un cajón de la mesa de luz incautaron un blíster con 12 comprimidos de alprazolan 2 mg. y sobre un estante en la parte central, se halló un trozo de vidrio rectangular de 30×25 cm, el cual tenía esparcido clorhidrato de cocaína. El allanamiento también advirtió un plato cerámico con un envoltorio de 82,2 gramos de droga y otro de 28,8 gramos.
Para el fiscal, «toda la sustancia estupefaciente secuestrada era tenida para su posterior comercialización por parte de Jacinto Bernardo Frangie, Marina del Carmen Mansilla y Antonio Simón Frangie. Atribuyéndosele en consecuencia el delito tipificado como comercialización de estupefacientes».
«Círculo cerrado»
El fiscal precisó que «del análisis en su conjunto de la prueba» se probo que Jacinto Frangie y su pareja Marina Mansilla, «vendían sustancias ilícitas, fue debidamente acreditada luego de varios meses de tareas investigativas relacionadas con seguimientos de los sospechosos y escuchas telefónicas de las líneas utilizadas por los prevenidos».
«Ha quedado debidamente acreditado, tanto por la labor de campo desempeñada por los policías comisionados como de las escuchas telefónicas, que Jacinto Frangie y Marina Mansilla, con el objeto de no ser descubiertos en la actividad ilícita que llevaban a cabo, se proveían de poca cantidad de sustancia tóxica y cuando se quedaban sin stock nuevamente se abastecían. Asimismo, se determinó que los compradores de sustancia estupefacientes eran un “círculo cerrado de personas”»
«Delivery»
Con respecto al coimputado Antonio Simón Frangie, para el fiscal «se desprende que el mencionado, al menos en una oportunidad
guardó sustancia toxica y elementos para fraccionarla (balanza de precisión), propiedad de su hermano Jacinto y de Marina Mansilla»
«La vigilancia policial advirtió que el día 4 de abril del año pasado, en ocasión que se practicó un control infructuoso sobre un comprador de sustancia, circunstancia de la que fue anoticiado Jacinto Frangie, motivó a éste que llevara los estupefacientes a la casa de Antonio. Asimismo se halla corroborado que el nombrado -Antonio Frangie- habitualmente les requería cocaína a su hermano y Mansilla, no sólo para su consumo personal (lo cual hacía de manera usual), sino también para realizar delivery con sus conocidos», enfatizó el fiscal.
«Escuchas autorizadas»
En diálogo con Telediario, Medina sostuvo que se realizaron escuchas telefónicas realizadas por la SIDE y «autorizadas por el juez de Control Daniel Muñóz donde se deduce que los imputados se dedicaban a operar con estas sustancias prohibidas».
«Lo que se ha podido determinar es que quien se dedicaba a la comercialización es el policía Frangie, con la colaboración de su concubina. Está determinándose que responsabilidad le cupo a su hermano. Hasta ahora, se ha podido establecer que sirvió de nexo para llevar una tiza de cocaína y percibir una determinada suma de dinero para su hermano», señaló.
Agregó que «igualmente se advierte que ha vendido tizas de cocaínas a sus conocidos y que les cobraba para luego entregarle el dinero a su hermano, realizando actos de comercialización de sustancia en menor medida que su hermano y la pareja de éste».
Despedido
Tras el inicio del juicio, el intendente Juan Jure resolvió echar al empleado implicado aunque continuará Juan Pablo Casari como subsecretario de Gobierno.
Jure manifestó internamente su malestar por lo ocurrido y en algún momento se especuló con cambios en el gabinete que finalmente no se concretaron. El secretario de Gobierno Guillermo Aón y Casari presentaron su dimisión pero no fueron aceptadas, al menos por ahora, por el mandatario local.
La preocupación surgió porque Frangie ya había sido echado de un cargo municipal anterior cuando fue detenido y sorprendentemente, al recuperar la libertad fue nuevamente incorporado.