El Sumo Pontífice ofició una Santa Misa en la Catedral de San Pedro y San Pablo; participaron obispos y representantes religiosos de Pensilvania.
«Sabemos que el futuro de la Iglesia en una sociedad que cambia rápidamente, reclama desde ahora una participación de los laicos mucho más activa,» le dijo el Papa a los obispos presentes.
«Esto no significa renunciar a la autoridad espiritual que se nos confió, sino discernir y emplear sabiamente los múltiples dones que el espíritu derrama sobre la iglesia,» agregó.
«Esto requiere creatividad para adaptarse a los cambios de las situaciones transmitiendo el legado del pasado. No solo a través del mantenimiento de instituciones útiles sino abriéndose a las posibilidades que el espíritu nos descubre. Mediante la comunicación de la alegría del evangelio todos los días», dijo.