Fobias, ansiedad, conductas compulsivas y ataques de pánico, entre otros desórdenes emocionales, también pueden afectar a nuestras mascotas. Generalmente, su aparición se debe a factores externos, fallas de los responsables de la socialización del perro, sobre todo durante los primeros cuatro meses de vida.
Un perro podría estar crónicamente estresado si está nervioso, deprimido o con temor, o si presenta un comportamiento histérico o se siente amenazado fácilmente.
“Nuestros perros mascotas podrían sufrir de problemas mentales, pero sólo porque el ambiente en el que viven los hacen sentir muy mal. No es porque tengan una enfermedad psicológica, ya que eso es muy raro”, explicó Tarid Rugaas, una entrenadora de perros consultada por la BBC.
Los especialistas aconsejan estar atentos al comportamiento del animal y consultar ante cualquier cambio de conducta significativo.
¿Cómo podés darte cuenta que tu animalito está pasando por uno de estos desórdenes? Entre los síntomas aparecen la pérdida de apetito por períodos largos y comportamientos destructivos cuando se queda solo en casa o intenta escaparse o esconderse.
Es importante ser paciente con la mascota, no castigarla ni mostrarse amenazante. Es primordial tratarla con cariño y brindarle compañía.