enfermedad que se observa con cierta frecuencia en la población general, tanto adulta como pediátrica.
La frecuencia es mayor en el primer año de vida; luego, desciende durante la niñez y adolescencia y se mantiene estable entre los 20 y 50 años
Las causas pueden ser: enfermedad vasculocerebral, anomalías del desarrollo cerebra, traumatismos craneoencefálicos graves.
De cada 100 personas que padecen la epilepsia, entre el 60 y el 80 por ciento se tratan satisfactoriamente con las diversas drogas antiepilépticas, mientras que del 20 al 40 por ciento restante no responden a los fármacos.
Este tipo de epilepsia –la refractaria o resistente a las drogas– puede beneficiarse de las distintas técnicas quirúrgicas descriptas para esta patología.
Los procedimientos quirúrgicos varían según el tipo de epilepsia refractaria. Este tipo de pacientes deben ser evaluados correctamente por los neurólogos, quienes los examinarán y realizarán los estudios pertinentes.
En el estudio de las causas de este tipo de epilepsia y en su localización, los estudios de imágenes juegan un rol importantísimo.
Si el paciente ha sido correctamente evaluado y seleccionado para tratamiento quirúrgico y el procedimiento se realiza sin complicaciones, será beneficiado desde el punto de vista físico, psíquico, conductual, familiar, social y laboral.
Fuente OMS