Brochero vivió entre 1840 y 1914, y fue un sacerdote católico que estuvo en las sierras de Córdoba e hizo propias las necesidades de los sectores más pobres de la región.
José Gabriel «el cura» Brochero se encamina a convertirse en el primer santo que nació, se santificó y murió en la Argentina. Concretamente, en Córdoba, su tierra natal, desempeñó una enorme obra religiosa y de promoción social como párroco de Villa del Tránsito. Su acompañamiento paternal a la gente sencilla y su compromiso incansable para acercarla a Dios, lo convirtieron en un modelo para los sacerdotes argentinos, el cura gaucho entregado plenamente a Dios y a su comunidad. El sacerdote argentino más venerado será canonizado por un Papa argentino.
El primer milagro certificado de Brochero fue el de Nicolás Flores, que revirtió un cuadro inicial de posible «vida vegetativa» tras un accidente sufrido el septiembre de 2000, en la provincia de Córdoba, en el centro del país, donde el religioso desarrolló toda su labor.
Este segundo milagro que se le atribuye al ‘cura Brochero’,fue certificado por una junta de siete médicos y es por el caso de una niña de la provincia de San Juan, en el oeste de la Argentina, que se recuperó de múltiples heridas derivadas en un infarto masivo en el hemisferio cerebral derecho y se encontraba al borde la muerte.
Ahora, una junta de teólogos debe certificar la «intercesión» del religioso en el suceso, es decir si el milagro se realizó efectivamente mediante oraciones a él y no dirigidas a otro santo ya establecido.
Brochero vivió entre 1840 y 1914, y fue un sacerdote católico que estuvo en las sierras de Córdoba e hizo propias las necesidades de los sectores más pobres de la región. Fue proclamado beato el 14 de septiembre de 2013, después de que Benedicto XVI, hoy Papa emérito, firmara el 20 de diciembre de 2012 el decreto del «milagro» atribuido al «Cura Gaucho».
«Un pionero en ir a las periferias»
El pradre Ricardo Araya, director del Seminario de Río Cuarto, manifestó que el cura Brochero «fue una figura muy completa, con valores en todas las dimensiones humanas»
«Este cura, en momentos muy difícil de la Argentina y en medio de las sierras, desplegó una actividad con una cercanía a Dios muy grande. Era sumamente cercano a la gente y tenía una predilección por quien tenías mayores necesidades», enfatizò.