(Foto Diario de Cuyo)
El Ejército Argentino declararía desertora a la soldado María Eugenia Alcayaga (19), la chica que era buscada intensamente en Uspallata y que fue hallada en cercanías de un hotel en Río Cuarto.
Según informa el sitio MDZOL de Mendoza, la chica dio a entender que fue víctima de un delito, pero los pesquisas dicen que su relato tiene varios «cabos sueltos»
Fuentes militares explicaron a Diario de Cuyo que la echarían por haberse ausentado más de 5 días sin dar aviso ni justificación alguna. Incluso ayer, no había ido al RIM 16 a decir lo que le había pasado.
En esa sede militar analizan la situación laboral de la joven, también examinarán las filmaciones y recolectarán otras evidencias para determinar si denunciarán o no por injurias y calumnias a algunos de los 150 manifestantes, entre los que hay familiares.
Esto es porque el lunes llegaron a esta sede militar y, por lo menos, insultaron al personal de guardia por creerlos culpables de la «desaparición».
No será la única consecuencia complicada que acarreó el extraño episodio que involucró a la soldado, pues su relato sobre lo que le pasó ante la fiscalía es mirado de reojo por sus «numerosos cabos sueltos’.
La soldado dijo que el último viernes cuando iba a trabajar sintió unos pasos atrás y se desmayó. Que apareció en la cama de un camión en San Luis con ropa que no era suya (pollera corta, remera, botas). Que escapó y pidió ayuda en una casa y se hospedó en un alojamiento. Que salió a comprar un chip nuevo y a su regreso supo que dos sujetos habían ido a buscarla. Que en el apuro por irse dejó un papel con el número nuevo. Que huyó en micro a Córdoba. Y que en su teléfono recibió y sigue recibiendo amenazas.
Sin embargo para la Policía y los pesquisas judiciales ese relato deja muchos cabos sueltos. «No se explica que alguien con preparación militar no denuncie ser víctima de un delito ni en San Luis ni en Córdoba, aunque en esta última provincia sólo relató lo del desmayo. Tampoco se entiende que no buscara protección en algún organismo estatal y es seguro que se la hubieran dado.
Tampoco cierra que en lugar de volver a su casa se vaya a Córdoba. Y que los policías de Río Cuarto la encontraran tranquila, paseando pero no angustiada ni en estado de shock’, dijo ayer un pesquisa ligado a la investigación. Y agregó: «Si no aparecen elementos firmes que sostengan sus dichos, todo parece un mero intento por justificar su ausencia’.