En una semana hubo 40 asistidos en un hospital de Mercedes. Se pronostica un aumento de demanda del 50%. En la zona ataca la culebra, no es venenosa pero puede causar una infección.
El hospital Blas Dubarry de Mercedes atendió desde el viernes a 40 personas con mordeduras de víboras, que aflojaran en aguas sucias y estancadas.
Estos episodios podrían registrarse también en Luján, San Antonio de Areco y otras ciudades bonaerenses.
En esa zona ataca la culebra, que aunque no es venenosa su mordedura deja una gran hinchazón en la piel que puede derivar en una infección severa si se está en contacto con aguas contaminadas.
Los médicos afirman que la única solución son los antibióticos a tiempo.
Rodolfo Principi, director del hospital provincial vaticinó que podría haber picaduras de escorpiones y yararás, que sí son venenosas.
Ese centro de salud no se encuentra desbordado pero se espera que haya un pico de consultas a medida que el río baje y los vecinos ya no estén pendientes de sus bienes materiales. “Normalmente se atienden unas 1.200 personas por día y creemos que esa cifra va a aumentar un 50%”, dijo Principi a Clarín.
Dentro de las enfermedades más comunes de esta situación, se esperan desde crisis asmáticas y respiratorias hasta gastroenterocolitis, debido al frío, el agua y la basura expuesta.
“Ningún hospital está totalmente preparado para estas catástrofes”, dijo un médico de la guardia pediátrica.
Creen que la demanda aumentará un 50% y el pico llegará pese a que Provincia instaló tres hospitales móviles.
Para paliar esa situación, Principi se puso al frente de un operativo para distribuir botiquines médicos en las casas inundadas de Mercedes, en especial en los barrios Marchetti y San Martín.
Ya se emprendió lentamente el operativo de regreso a los hogares y se cree que tardarán dos semanas en reacomodarse por completo.