Las fuertes lluvias que originaron las inundaciones no son sólo efecto del cambio climático. También obedecen al fenómeno de El Niño, una peculiaridad meteorológica que en la Argentina se manifiesta en aumento de precipitaciones en la zona centro y este del país.
«Se combinaron varios factores que pueden producir lluvia excesiva -explica la doctora Carolina Vera, investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, de la UBA-. Para mí, lo más importante es el fenómeno El Niño, que se verifica a partir de julio en el nordeste del país, y a partir de la primavera y verano en el Este.»
Para Vera, que desde hace más de veinte años estudia la variabilidad en las precipitaciones, la caída de agua es atípica, pero no inesperada. «El Niño es un fenómeno que se pronostica con seis meses de anticipación -dice-. En los países que hacen prevención activa lo están monitoreando desde el año pasado.»
«Sequías o inundaciones»
Podría ocasionar sequías e inundaciones en todo el mundo con fuertes consecuencias económicas y sociales. “El Niño” consiste en el calentamiento de las aguas ecuatoriales en el océano Pacífico. Desde el Centro de Predicción del Clima de EE.UU. calculan que el pico de este fenómeno llegará hacia finales de la primavera en el Hemisferio Sur.
“Una serie de observaciones han llevado a los científicos a concluir que, en conjunto, estas características atmosféricas y oceánicas reflejan el fortalecimiento de ‘El Niño’”, indicaron expertos de esta oficina.
«Esto sin duda tiene el potencial de ser un ‘Niño Godzilla’”, dijo Bill Patzert, climatólogo de la Nasa, a varios medios estadounidenses. Hasta el momento, “El Niño” más fuerte ocurrió en 1997. Según Patzert, en este momento los valores están por encima de los de aquel año.
“Si esto está a la altura de su potencial, puede traer una gran cantidad de inundaciones, deslizamientos de tierra y caos”, advirtió.
Los meteorólogos aseguran que ya se están sintiendo los efectos de “El Niño” en todo el mundo.
Se lo acusa de estar provocando sequías en Filipinas, Indonesia y Australia, como ocurrió en 1997-1998.
También en América Central. Las autoridades del Canal de Panamá anunciaron restricciones de tráfico naval por este paso debido a los bajos niveles en las aguas.