Mascherano fue torazo en rodeo ajeno y estallaron las redes sociales

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Como ya es costumbre en el ciclo de Gerardo Martino, se ubicó como tercer central para darle claridad a la salida y le dejó el pase de transición defensa a ataque a Biglia y Pastore.

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El mediocampista Javier Mascherano pisó fuerte en el duelo anímico y físico que planetó Uruguay y manejó los ánimos del seleccionado para conseguir, con temperamento y actitud un triunfo clave de cara a la clasificación.

Como ya es costumbre en el ciclo de Gerardo Martino, se ubicó como tercer central para darle claridad a la salida y le dejó el pase de transición defensa a ataque a Biglia y Pastore.
No paró de ordenar y de darle indicaciones a sus compañeros, a veces en un diálogo casi íntimo delante de más de 17 mil personas y otras veces gesticulando, imponiendo su presencia y su experiencia.
Sandro Ricci, el árbitro también tuvo sus tertulias con el ex River, pero un tono distinto, a tal punto que el brasileño, antes de los diez minutos de juego, lo regañó y lo advirtió por sus constantes reclamos.
Mientras Nicolás Lodeiro estuvo en el campo de juego, se dio «El duelo de los 14», que lo ganó el argentino, sin dejar actual libremente al mediocampista charrúa que milita en Boca. Le ganó siempre con limpieza, excepto en la última del primer tiempo, donde le cometió una fuerte infracción que le valió la tarjeta amarilla y lo condiciona de cara al partido con Jamaica el próximo 20 de junio en Viña del Mar por la última fecha del Grupo B.
Nunca dejó de lado su rol de líder y hasta de entrenador dentro de la cancha. Mientras el resto del equipo festejaba el gol de Sergio Agüero en un rincón a los diez del segundo tiempo, lo separó a Lionel Messi y le dio indicaciones. Lo ordenó, como todo el juego a todos sus compañeros, porque también, hasta que Uruguay sacó del medio, recibieron indicaciones del «Jefecito» Nicolás Otamendi y Javier Pastore.
A los 25 del segundo se provocó un tumulto entre los jugadores por uno de los tantos roces que se dieron y, casi a espaldas de todo el mundo, lo fue a buscar a Jorge Pautasso, ayudante de campo del expulsado Gerardo Martino, y algo le dijo. Pautasso, de inmediato, lo fue a buscar a Ever Banega, quien ingresó seis minutos más tarde por Pastore.
Sobre el final, en los momentos más complicados porque Uruguay se le fue encima a la Selección, perdió precisión con la pelota pero nunca dejó de luchar y de alentar a sus compañeros. Su firma.
Cuando Ricci indicó el final del partido, puño cerrado, abrazo con cada uno de sus compañeros y misión cumplida para un «Caudillo» que no claudica.

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