Caso Ángeles Rawson: «Mangeri lloraba y decía que fue un accidente»

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El oficial penitenciario Alejandro Murdoch, además ratificó que el portero acusado de matar a la adolescente, escribió de su propio puño y letra que las lesiones que presentaba se las había «autoprovocado con un encendedor».

 

Así lo declaró ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 9 el subadjuntor Alejandro Murdoch (25), quien además ratificó que el propio Mangeri escribió de puño y letra en un acta que las lesiones que presentaba se las había «autoprovocado con un encendedor».

Más allá de que no tiene valor judicial, el oficial corroboró que Mangeri también se autoincriminó cuando aquel sábado 15 de junio

de 2013 llegó trasladado desde la División Homicidios de la Policía Federal a la Unidad 28, que funciona en la alcaidía del Palacio de Tribunales, donde más tarde fue indagado por el homicidio y se negó a declarar.

Ese día, Murdoch estaba como jefe de turno en la Unidad 28 y hoy explicó ante los jueces que tal como sucede con cualquier detenido, él fue el encargado de hacerle la entrevista a Mangeri para formalizar el ingreso.

«El recuerdo que tengo es ver a una persona en estado de shock. Estaba muy pálido y muchas palabras no decía», recordó el oficial.

Luego, agregó que Mangeri «lloraba mucho y decía ‘fue un accidente'».

El penitenciario aclaró ante los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas que el portero llegó a la alcaidía en calidad de «incomunicado».

El testimonio del integrante del SPF fue escuchado en la sala de audiencias por el propio Mangeri, quien luego de varias ausencias en la sala, volvió hoy a presenciar el debate desde el banquillo de los acusados en lo que fue la decimoctava jornada desde que el juicio se inició el 18 de febrero.

Si bien se especulaba con la posibilidad de que el ex encargado de Ravignani 2360 amplíe su indagatoria y declare por tercera vez ante el TOC 9, esto no sucedió.

Murdoch también declaró sobre el «acta de lesión» que él mismo confeccionó y que fue el motivo de su convocatoria como testigo por parte de la querella.

Es que el abogado de la familia Rawson, Pablo Lanusse, descubrió en el legajo penitenciario de Mangeri que existía un “acta de lesión”, donde consta que el propio detenido reconoció al ingresar a la Unidad 28 que las lastimaduras que tenía en su cuerpo eran autoprovocadas.

«Las lesiones que tengo me las produje yo en la vía pública con un encendedor», dice con letra de imprenta manuscrita el acta que lleva la firma de Mangeri.

Murdoch hoy ratificó ante el tribunal que fue el propio portero el que escribió a mano esa frase en los renglones en blanco del formulario.

También explicó que ese tipo de acta se hace «para resguardo» de cualquier detenido que ingresa “con lesiones que sean visibles a simple vista”.

A preguntas del fiscal Fernando Fiszer, Murdoch aclaró que justamente Mangeri dijo lo del “accidente” cuando “le hacían la requisa”.

Cuando le tocó interrogar a la defensa, el abogado Adrián Tenca le preguntó a Murdoch si él sabía que Mangeri se había “autoinculpado” previamente en la fiscalía, pero el oficial del SPF dijo que “no”.

Para los acusadores, los dichos de Murdoch acreditan que en la alcaidía de tribunales hubo una segunda autoincriminación del imputado, luego de que durante la madrugada, en la Fiscalía de Instrucción 35, a cargo de Paula Asaro, el portero dijera: «Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo».

También declaró hoy sobre las lesiones que aquel día presentaba Mangeri la médica Noemí Ruth Ghirardi, quien fue la integrante del Cuerpo Médico Forense (CMF) –ahora jubilada-, que revisó al acusado antes de la indagatoria.

Su informe fue cuestionado hoy en la audiencia por la fiscalía y la querella porque nunca asentó que Mangeri tenía excoriaciones compatibles con arañazos, decía que todas las lastimaduras habían sido provocadas por calor o por choque o golpe contra un elemento romo y duro y porque le daba a las heridas una data de 48 horas –era sábado y se cree que Ángeles pudo haberlo rasguñado el día lunes-.

Ghirardi tuvo que reconocer hoy en el juicio las falencias de su informe médico y se justificó diciendo que la luz del sitio donde revisó a Mangeri en la Unidad 28 “no era la mejor”.

Al exhibirse en un monitor una serie de fotografías de algunas excoriaciones que Mangeri presentaba en las muñecas, manos, algún sector de la espalda y un tobillo, Ghirardi admitió que algunas de esas heridas no las vio y que “podrían ser compatibles” con arañazos.

El juicio continuará el próximo miércoles con la declaración de los 10 miembros del CMF y los peritos de parte que participaron de la segunda junta médica de la causa que concluyó que Ángeles murió sofocada y estrangulada en una maniobra que no duró más de cinco minutos, durante un ataque sexual.

 

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