Sucedió en General Lagos, Santa Fe. Seis delincuentes coparon la comisaría y robaron armas, para luego asaltar a una sucursal del Banco Credicoop.
Al menos seis delincuentes vestidos con uniformes policiales coparon una subcomisaría en el pueblo santafesino de General Lagos, redujeron a una policía que estaba de guardia y robaron armas, tras lo cual se dirigieron en una patrulla hasta la sucursal local del Banco Credicoop, donde en minutos robaron dinero de las cajas.
El presidente comunal, Esteban Ferri, y fuentes policiales informaron que, tras el asalto al banco, la banda escapó en un auto particular y en el patrullero robado, que dejó abandonado en las inmediaciones de la localidad de Pueblo Esther, la primera localidad hacia el norte por la ruta 21.
El asalto tipo comando fue cometido minutos después de las 7 en la subcomisaría 13 de esa pequeña localidad situada a 25 kilómetros al sur de la ciudad de Rosario.
Según confirmaron las fuentes, los ladrones aprovecharon la primera hora de la mañana ya que en ese momento hay un único policía de guardia en la seccional policial, mientras que el banco abre a las 8 y funciona hasta las 13.
El grupo armado ingresó a la comisaría, donde redujo a la mujer policía que se encontraba y robó nueve armas, entre cortas y largas, tales como pistolas calibre 9 milímetros, pistolas ametralladoras y escopetas 12/70, tipo Ithaca.
Con el armamento en su poder, los delincuentes -salvo uno que se quedó custodiando a la policía- se dirigieron a la sucursal del Banco Credicoop, situada a sólo dos cuadras y media, en San Martín 679, en un auto particular y en el patrullero robado de la comisaría.
«Cuando llegaron al banco redujeron al policía que trabaja de custodia, quien estaba en la puerta esperando que le abrieran», contó a la prensa el jefe comunal de General Lagos.
Algunos de los delincuentes esperaron a que llegaran los primeros empleados, a quienes amenazaron para poder entrar con ellos al banco, donde comenzaron a robar dinero de las cajas que había quedado del día anterior.
En tanto, otra parte de la banda aguardó a bordo del patrullero a que llegara el tesorero del banco para reducirlo, hacerlo ingresar con ella a la entidad y lograr así acceder a la bóveda principal.
No obstante, los ladrones no lograron su cometido porque aún faltaban unos 30 minutos para que el sistema permitiera el acceso al tesoro y optaron por escapar.
Los voceros consultados estimaron que los delincuentes se apoderaron de entre 50.000 y 70.000 pesos y, tras concretar el robo, abordaron el auto y la patrulla, pasaron a buscar al cómplice que había quedado en la comisaría y huyeron.
Los investigadores aseguraron que los asaltantes conocían los movimientos del banco y de la dependencia policial y que actuaron con tranquilidad, ya que sabían que la alarma del Credicoop estaba conectada de manera inalámbrica con la subcomisaría, donde tenían a la policía reducida.
Más tarde, durante un operativo policial, los pesquisas hallaron la patrulla robada abandonada en Pueblo Esther, por lo que fue secuestrada para ser sometida a los peritajes en busca de huellas que puedan permitir identificar a los asaltantes.
General Lagos es un pueblo del interior santafesino de cinco mil habitantes, donde en los últimos años se radicaron muchas familias rosarinas con hijos pequeños, que trabajan en la ciudad y buscan un lugar para vivir que hasta no hace tanto tiempo era muy tranquilo.
Ferri explicó que esa comuna registró un incremento del 40 por ciento de su población y que por tal motivo desde hace tiempo se reclama mayor presencia policial.
«Estamos desprotegidos Lo venimos denunciando desde hace mucho tiempo y lo hemos hablado hasta con el gobernador. Hace ocho años teníamos más policías que ahora, que el pueblo creció un cuarenta por ciento en su población», advirtió Ferri.
Este caso registra un antecedente similiar en julio de 2013, cuando una banda criminal, cuyos integrantes también vestían uniformes policiales, copó la seccional de San Jerónimo Sud, cercana a Rosario, y, tras apoderarse de una patrulla, robó 100.000 pesos de una sucursal del banco Macro.
Sin llegar a acceder al tesoro del banco y al cabo de sólo diez minutos, la banda escapó en dos autos sin lesionar a nadie.