El forense que participó del caso Dalmasso es también el perito de parte que eligió la juez Arroyo Salgado para fundamentar que a Nisman lo mataron.
Cuando la causa por el crimen de Nora Dalmasso ya se había convertido en una maraña de contradicciones, silencios y evidentes torpezas judiciales. Cuando el homicidio sellaba su impunidad y el fiscal daba los últimos manotazos sobre una acusación contra los Macarrón que solo pudo concretar en grado de sospecha leve, el tanatólogo Osvaldo Raffo se presentó como la voz de una eminencia capaz de ver más allá de lo que forenses y peritos tribunalicios. Llegó junto a Raúl Torre, un especialista conocido por sus apariciones televisivas donde describía crímenes famosos.
Tras observar lo que había en el expediente, Raffo contradijo todas las premisas de los forenses riocuartenses y concluyó que en que Nora “fue sorprendida, golpeada, violada y estrangulada». Según sostuvo, «la asfixiaron con la mano y con el lazo de su bata. Se resistió al ataque, luchó y se defendió» Es decir, todo lo contrario a las pruebas que estaban en la causa y que tenían a los Macarrón en la mira.
Como ahora, al ser contratado por la ex mujer del fiscal Nisman, Raffo había sido convocado por Macarrón. No era una voz imparcial, ni objetiva. Era la voz de quien lo contrató. La presunción de Raffo sobre un psicópata sexual quitaba de la escena a Facundo Macarrón, en aquel momento sospechado por el fiscal Javier Di Santo. Con el tiempo, el aporte de Raffo se convirtió en una anécdota más de la causa. Facundo fue sobreseído y el homicidio de Nora sumó otro capítulo de impunidad para la Justicia riocuartense.