Los recién nacidos poseen una cantidad mínima de melanina, pigmento oscuro que se encuentra en algunas células y que produce la coloración de la piel, el pelo y los ojos.
A medida que el ojo se expone a la luz del sol, los melanocitos en el iris comienzan a producir melanina, y el color de los ojos comienza a cambiar hacia su coloración adulta.
Es un proceso complejo en el que intervienen varios genes en pos del resultado final. En todos los colores de ojos, a excepción de condiciones anómalas, el pigmento del epitelio del iris es siempre la eumelanina, presentándose en gran cantidad. De esta forma, la variación del color de ojos se produce en principio por el pigmento de la parte anterior del iris y de cuanta luz absorbe el estroma de acuerdo a su densidad.
A la edad de tres años alcanza, al menos, el 50% de la densidad adulta de la pigmentación.
Fuente Instituto de Oftalmología ONNIS