El jefe de la fuerza, Julio Suárez, se mostró indignado con los dos efectivos sospechados de simular un allanamiento para robar en un domicilio. Ordenó mostrar en público los rostros de los detenidos.
Tras la detención ayer a la mañana de dos policías de la ciudad de Córdoba, acusados de fraguar un allanamiento para ingresar a robar en un domicilio particular, comenzó otra investigación: determinar si los efectivos han participado de más casos, según aseguró una fuente judicial.
En tanto, el jefe de Policía, comisario general Julio César Suárez, fustigó de manera pública a sus subordinados sospechosos e incluso ordenó que sus rostros quedaran descubiertos ante periodistas, fotógrafos y camarógrafos.
Esta medida puede generar que en un futuro inmediato sea declarado nulo cualquier reconocimiento que pueda ordenar la Justicia.
“No quiero que les cubran la cara, quiero que los vean a estos atorrantes, han entrado sabiendo que había una plata, 100 mil pesos, no sé cuánta plata había, y se la han llevado”, dijo ayer al mediodía Suárez a los distintos medios que habían sido convocados a la Comisaría 2 bis, ubicada en la zona del estadio Kempes.
Y agregó que los detenidos eran “dos atorrantes, dos policías delincuentes”.
Operativo falso
Según informaron fuentes policiales, alrededor de las 9 de ayer, un llamado telefónico alertó al 101 de la Policía que unas personas se habían detenido en un Volkswagen Suran negro en la vía pública de barrio Mafekin y estaban sacando la chapa patente del vehículo.
Ante esto, una patrulla se acercó al lugar indicado y se topó con el auto estacionado y tres personas alrededor del vehículo.
Ante la presencia del móvil, dos de las personas se identifican como policías y dan sus datos personales a la patrulla, que luego se retiró del lugar.
Minutos después, ingresó otro llamado al 101 de parte de un hombre que tiene una tornería en calle Boquerón al 6800, del mismo barrio, quien aseguró que acababa de ser asaltado por tres personas, dos de las cuales se identificaron como policías de Drogas Peligrosas que habían ido a realizar un allanamiento. El tercero era un civil que simuló querer comprarle un vehículo.
El denunciante aseguró que los efectivos llevaban chalecos antibalas con la inscripción de la fuerza, y que en medio de la supuesta requisa le llevaron 149 mil pesos que tenía ahorrados en el lugar.
Y agregó que los “poliladrones” escaparon en un Suran negro.
Ante esto, los efectivos buscaron la planilla con los datos de las personas que antes habían controlado y dieron, una hora después, con los sospechosos, que quedaron detenidos.
Según la Policía, se trata del subcomisario Hugo Cabrera y el oficial principal Adrián Fernández, que trabajaban en la comisaría de barrio Marqués de Sobremonte. Según dijo Suárez, ambos estaban con carpeta médica desde hace un tiempo.
El civil fue identificado como Fabián Mercado Dávila (40).
Mientras que Cabrera y Dávila fueron apresados de manera veloz, Fernández escapó en el Suran (es de su propiedad) y se entregó minutos después.
Se secuestraron un chaleco antibalas de Cabrera, una credencial a nombre de un tercer policía que por ahora no aparece involucrado en el robo y el arma reglamentaria de Fernández.
El chaleco antibalas de este último así como el dinero sustraído no fueron recuperados. (La Voz)