El ejército se puso en alerta ante una poderosa tormenta que se esperaba golpeara la costa este del país en cuestión de horas.
Marcadas por la gran devastación que dejó a su paso el tifón Haiyan el año pasado, más de 600.000 personas evacuaron sus localidades filipinas el sábado, y el ejército se puso en alerta ante una poderosa tormenta que se esperaba golpeara la costa este del país en cuestión de horas.
Se espera que el tifón Hagupit -«colisión» en filipino- golpee la parte central de Filipinas el domingo por la mañana, azotando partes de una región donde más de 7.300 personas murieron o desaparecieron en noviembre del año pasado ante los furiosos vientos y olas de escala de tsunami desatados por Haiyan. El nuevo tifón se debilitó ligeramente el sábado, aunque seguía presentando peligro por su fuerza y falta de rumbo claro.
Aunque es improbable que la tormenta alcance la fuerza de Haiyan, los meteorólogos señalaron que Hagupit mostraba vientos sostenidos de 175 kilómetros (115 millas) por hora y rachas de 210 kilómetros por hora (137 millas por hora), lo bastante fuertes como para provocar peligrosas crecidas y deslaves y causar graves daños a las comunidades y cultivos.
Acompañado de un frente de nubes de lluvia que se extiende 600 kilómetros (373 millas), Hagupit ganó velocidad y avanzaba hacia el oeste a 16 kilómetros por hora (10 millas por hora), según los meteorólogos.
Fuente: LaVoz