«Ya está. Pasó a una mejor vida. Está con su abuelo. No hay nada más por hacer», expresó, entre lágrimas, el padre del chico, que recordó que su hijo era «un ángel que bajó del cielo».
Telam – El niño que ayer resultó herido luego de que el auto en el que iba junto a dos amigos y la madre de uno de ellos fue chocado por un vehículo robado, en el que un delincuente escapaba de la Policía en la localidad bonaerense de Ituzaingó, murió esta tarde en el hospital donde estaba internado.
Más temprano, Ramírez había adelantado que los médicos del centro asistencial le habían informado que su hijo se encontraba con «muerte cerebral» y que su estado era «irreversible», por lo que «sólo un milagro» lo podía salvar.
«Les pido a todos, a la Policía, a la Justicia: basta de todo esto. Que lo busquen y lo encuentren al tipo (delincuente) que se escapó y que se queden presos (junto al sospechoso detenido en el lugar del hecho) para toda la vida. Nada de aguinaldos, nada de sueldos ni esas cosas raras», sostuvo, con la voz entrecortada.
Ramírez reiteró su pedido de que «la Justicia haga lo que tiene que hacer, que se ponga las pilas» y sostuvo que «Dios se va a encargar de ellos dos (por los delincuentes)».
Además, el padre de Luciano contó que Federico Mancuello y el Daniel «El Rolfi» Montenegro, ambos futbolistas de Independiente, eran los «ídolos» de su hijo.
«Él quería ser como ellos: hacer un gol olímpico como Mancu, dar un pase magistral como Rolfi», indicó el hombre que momentos después de comunicar que su hijo había fallecido recibió una camiseta del «Rojo».
Por su parte, el sospechoso detenido por el hecho, identificado por la Policía como Claudio Soria (32), quien se encontraba en libertad condicional, fue llevado esta mañana ante la fiscal Natalia Narmona Luppi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Ituzaingó para ser indagado.
Una fuente policial explicó a Télam que el personal de la fuerza había iniciado actuaciones por «robo automotor» y «lesiones culposas»; sin embargo, un vocero judicial precisó que la fiscal Narmona Luppi indagó a Soria por los delitos de «robo calificado en concurso real con tentativa de homicidio criminis causa».
El mismo informante judicial señaló que el acusado se negó a declarar y seguirá detenido, al tiempo que, a raíz de la muerte de Luciano, la imputación pasará a «robo calificado en concurso real con homicidio criminis causa».
El hecho investigado ocurrió ayer, alrededor de las 20, en Segunda Rivadavia y Acevedo, de Ituzaingó, donde Luciano Ramírez viajaba junto a dos amigos a bordo de un Ford Ka conducido por la madre de uno de esos chicos.
El auto estaba detenido en la fila de vehículos que esperaba que se levantara la barrera de un paso a nivel cuando fue embestido desde atrás por un Chevrolet Onix color rojo que había sido robado momentos antes a unas cuadras de allí y que era perseguido por personal policial.
Tras esa primera colisión, el Onix se cruzó de mano, chocó también otros dos autos cuyos conductores estaban aguardando para cruzar las vías y finalmente detuvo su marcha.
Según las fuentes policiales, a bordo del Onix fue detenido el acusado Soria, mientras que el niño de 12 años que iba en el Ka debió ser rescatado del interior de ese auto por un vecino, Eduardo Grotteschi, que pasaba por el lugar.
Este testigo relató hoy que él vio cómo salía humo del capó del Ka y también observó líquido derramado debajo del vehículo, por lo que pensó que el auto podía llegar a estallar y corrió a asistir al conductor.
En ese momento encontró a la mujer que gritaba «¡los chicos, los chicos!» y vio a los tres menores de edad en el asiento trasero del auto, uno de ellos -Luciano- inconsciente, por lo que lo tomó en sus brazos y lo llevó hasta la vereda donde primero lo auxilió otra vecina hasta que llegó la ambulancia.
Mientras Luciano era trasladado al Hospital Italiano en grave estado, los pesquisas policiales determinaron que el Onix había sido robado por dos delincuentes, uno de ellos armado, aunque en poder de Soria no se secuestraron armas, por lo que la sospecha es que pudo haberla descartado en la huida.
En tanto, para los pesquisas el segundo delincuente escapó a bordo de un vehículo color gris con el que se interceptó el Onix.
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