Acoso sexual es el comportamiento del compulsivo que solicita favores sexuales sin el consentimiento de la otra persona a la que va dirigida. Esta situación se oculta en una gran cantidad de casos por vergüenza o miedo a que las personas que lo padecen no sean creíbles.
«Este problema tiende a ocultarse y no hablarse al interior de la empresa. Muchas veces las personas afectadas sienten vergüenza o tiene miedo que no les crean. Por eso, el empleador tiene la obligación de incorporar en el Reglamento Interno un procedimiento para tramitar y denunciar este tipo de actitudes», recomendó Margarita Rico, directora Corporativa de Comunicación del sitio de empleo Trabajando.com.
Rico consideró fundamental entregar medidas de seguridad y confidencialidad para la persona acosada, así como las sanciones correspondientes para el acosador y discreción para no tener miedo de que los corran por esta situación.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), expone que el acoso sexual se produce cuando una persona – hombre o mujer- realiza en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual, no consentidos por la persona requerida, que amenazan o perjudican su situación laboral o sus oportunidades de empleo.
Además de afectar la dignidad de las personas, el clima laboral de la empresa también se ve impactado, ya que el miedo, la inseguridad y el estrés se hacen presentes en los involucrados.
«Las personas del mismo equipo de trabajo, son testigos de esta situación, sintiéndose prácticamente vulnerables a sufrir lo mismo», comunicó dicho portal.
Fuente: IProfesional