El papa Francisco inauguró el sínodo de la familia instando a los obispos a mostrarse humildes a la hora de abordar el debate sobre cómo la Iglesia católica debe adaptarse a los tiempos modernos.
Hasta el 19 de octubre, el Vaticano albergará esta asamblea especial en la que los obispos debatirán la postura de la Iglesia en temas relacionados con la familia y que generan tanta división como el divorcio, la homosexualidad, los métodos anticonceptivos o el sexo antes del matrimonio. «Los sínodos no se crearon para debatir ideas bonitas o inteligentes, ni para ver quién es más listo», dijo el pontífice, según reproduce la agencia DPA.
Por eso, instó a los obispos a «trabajar con generosidad, libertad verdadera y creatividad humilde». Las palabras de Francisco llegan después de la encendida discusión en vísperas del sínodo entre cardenales conservadores y progresistas sobre la conveniencia de suavizar la prohibición de comulgar a los divorciados que vuelven a contraer matrimonio.
El papa no se ha manifestado oficialmente sobre el asunto, pero en los últimos meses se mostró dispuesto a abrazar estilos de vida menos ortodoxos.