El hábito de «picar entre comidas» es un acto de ingesta que pueden pasar desapercibido a lo largo del día pero que puede llegar a aportar entre 500 y 800 calorías diarias, el equivalente a un almuerzo o cena.
Así lo advirtieron especialistas de la Asociación Argentina de Nutricionistas (AADYND), quienes remarcaron que esto se da porque los argentinos suelen preferir «aquellos alimentos industrializados ricos en grasas, azúcares y sodio como papas fritas, maní salado, galletitas dulces y otros panificados», en lugar de recurrir a colaciones saludables como frutas, un trozo de queso, un yogur o frutas secas, que aportan proteínas, calcio, potasio y magnesio, entre otras vitaminas y minerales.
Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada en 2013, seis de cada 10 habitantes están excedidos de peso, de los cuales dos son obesos.
Los alimentos con densidad nutricional son aquellos que presentan una gran cantidad de nutrientes (proteínas, calcio, potasio y magnesio, entre otras vitaminas y minerales) por cada caloría que aportan.
«Por su parte, los de baja densidad nutricional son los de escaso valor nutricional por caloría, con deficiencia de micronutrientes escenciales como hierro, calcio, zinc y vitaminas A o B12», según explicó Romina Sayar, vicepresidente de AADYND.
Por su parte, la licenciada Cecilia Brett, miembro de la AADYND explicó que «nuestra alimentación, y particularmente la de los niños, suele ser pobre en nutrientes esenciales y elevada en grasas saturadas, azúcares y sodio».