Los primeros pasos dados por el Gobierno nacional luego del rechazo del proyecto de retenciones móviles en el Senado parecen desconocer la vigencia de un sistema republicano en el que el Poder Legislativo puso las cosas en su lugar en un tema sumamente conflictivo.Los esfuerzos de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de su entorno están más dirigidos a tapar toda señal de derrota que a corregir el rumbo en materia económica, en general, y de política agropecuaria en particular.
A juicio de las autoridades, un simple cambio en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, cartera a la que no se le dio participación alguna ni en el tema de las retenciones ni en cualquier otro asunto de importancia en los últimos años, bastaría para «calmar las aguas» y seguir adelante. Máxime cuando la derogación a que obliga la Constitución luego del rechazo del proyecto oficial se realiza con artilugios en su redacción -se usa el verbo «limitar» en vez de «derogar» y con sus fundamentos esgrimidos en forma condenatoria hacia el sector. Se asume así la actitud de un niño que obedece refunfuñando las órdenes de sus padres, en vez de portarse como la conducción de todo un país que esperaba, finalmente, un gesto de madurez de parte de sus autoridades.Tal como está planteada esta nueva resolución presidencial, el problema de fondo sigue sin resolverse. De hecho, los pequeños productores quedaron en peor posición que si se hubiera aprobado el proyecto que tenía media sanción de Diputados, siempre y cuando se empezara a cumplir con la entrega en tiempo y forma de las enmarañadas compensaciones. Y por otra parte, la altanería del lenguaje empleado y la falta de señales claras de cambio tornan dificultosa la vuelta a un diálogo que resulta cada vez más imprescindible para comenzar a analizar los demás temas de la política agropecuaria, como la ganadería, la lechería -recién ayer salió la resolución que eleva el precio de corte pactado a comienzos de mes- y las economías regionales, entre otros aspectos que preocupan al campo.
OFICINA DE PRENSA OCIEDAD RURAL DE RIO CUARTO