“Di a luz encadenada. No tenía esposas en mis piernas, sino cadenas. No podía abrir las piernas, así que las mujeres tuvieron que levantarme de la mesa. No estaba atada a la mesa”, relató la mujer a la CNN.
Meriam Jahia Ibrahim, la mujer sudanesa condenada a la horca en su país por ser cristiana y negarse a renunciar a esa condición contó detalles del calvario de su detención, en el que tuvo que atravesar momentos tan extremos como tener que parir a uno de sus hijos encadenada.
En una entrevista telefónica que le concedió a la cadena CNN, al ser consultada sobre cómo se sentía en prisión, donde tenía el acceso imposibilitado a un hospital, Ibrahim dijo: “Sólo pensaba en mi niño y en cómo iba a parir. Estaba muy asustada de dar a luz en prisión”.
“Di a luz encadenada. No tenía esposas en mis piernas, sino cadenas. No podía abrir las piernas, así que las mujeres tuvieron que levantarme de la mesa. No estaba atada a la mesa”, relató la mujer a la CNN.