Tras el agónico triunfo del seleccionado argentino ante Suiza y los hinchas argentinos todavía siguen de festejo. Todo vale para recordar el golazo de Ángel Di María, que valió la clasificación a los Cuartos de Final del Mundial Brasil 2014.
Pero entre tanta euforia, también reina la «preocupación”. Los hinchas coinciden en que la actuación del equipo es una incógnita para el futuro. «Alemania, Holanda, Brasil son equipos que te pueden complicar mucho», es el análisis en conjunto.
Pese a todo, el hincha se muestra tranquilo porque «tenemos a Messi», quien recibió los mayores elogios.
Es una sana costumbre la de “sufrir” cada vez que juega la selección, el hincha argentino es así, y nos encanta.
Los argentinos que viajaron al país vecino hablan del “sueño cumplido”, de los años de ahorro para poder estar presenciando este deporte, que atrapa a hombres y mujeres, a grandes y chicos, casi por igual.
El amor a la camiseta y el despertar de “patriotismo” se resume en una cosa: la Selección disputa un nuevo Mundial de Fútbol y renueva las esperanzas de todo un país que espera ver a Lionel Messi brillar como en el Barça y levantar la copa.
El fanatismo es un exceso amoroso. Es un apasionamiento que implica un sufrimiento extra. Si en cualquier relación amorosa hay un grado ´razonable´ de padecimiento, en una relación pasional se sufre ´irracionalmente’: este es el caso del fanático argentino.
Hay veces en que jugarse el corazón en un partido de fútbol no es sólo una metáfora poética sino una manifestación concreta del intenso sufrimiento pasional.
Nos toca la nueva estrella europea en Cuartos de Final: Bélgica. Este equipo revolucionario que viene en ascenso. Pero el argentino no se “achica” y se tiene tanta fe que ya se ve en Semifinales.
Una vez más, el país se paralizará este sábado, mientras la Selección Nacional juegue el pase a Semifinales del Mundial de Brasil.