El equipo nacional tuvo una cálida recepción por parte de un centenar de hinchas que se acercó hasta la concentración ubicada en el barrio de Ibirapuera, situado al suroeste de la región metropolitana.
El micro oficial de la delegación llegó a las 20.55 de ayer al hotel Pullman y estacionó en la calle Joinville para el descenso de los futbolistas, que recorrieron unos 30 metros hasta ingresar al alojamiento.
El capitán Lionel Messi fue el último futbolista en descender de la unidad en una fila que encabezaron el defensor Ezequiel Garay y el mediocampista Augusto Fernández.
El subcapitán Javier Mascherano, el arquero Sergio Romero y el delantero Sergio «Kun» Agüero fueron los únicos en saludar a los fanáticos, que montaron su vigilia detrás de las vallas ubicadas sobre las márgenes de la calle.
El arribo de la delegación «albiceleste» estuvo controlado por decenas de efectivos de la Policía Militar de San Pablo, desplazados en motos, patrulleros y furgones.
«Brasil, decime qué se siente; tener en casa a tu papá…», entonaron los hinchas argentinos cuando divisaron el ómnibus argentino con la leyenda: «No somos un equipo, somos un país».
Una vez instalado, el plantel descansará en el hotel cercano al Parque de Ibirapuera -el pulmón verde más importantes de San Pablo- y mañana desde las 12.15 realizará el reconocimiento del campo en el Arena Corinthians, después de la conferencia de prensa que brindará el DT Alejandro Sabella.
Argentina jugará allí el martes próximo a las 13 frente a Suiza en una de las llaves de octavos de final del Mundial Brasil 2014.