Anteojos «truchos»

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La venta ilegal de anteojos es un verdadero problema para la sociedad por varias razones. Las más conocidas son las comerciales, porque supone informalidad en la actividad económica y el trabajo.
Pero también existen otro tipo de razones, que son menos conocidas, pero sumamente importantes: 
las vinculadas con la salud de la población.
Los anteojos llamados “truchos” perjudican claramente la salud visual de las personas y con ello, su calidad de vida.

Filtración de los rayos UV
La exposición prolongada a rayos ultravioleta (UV) y luz infrarroja puede causar efectos dañinos en los ojos. Nuestros ojos poseen lo que podrían denominarse “estructuras” que funcionan como medios de protección de estas radiaciones, ya que pueden penetrar en nuestros ojos y causar quemaduras por un aumento de temperatura en los tejidos.
Una de esas estructuras es la pupila, una abertura que a simple vista presenta un color negro. Consiste en un diafragma cuya principal función es regular la cantidad de luz que llega a la retina, que está ubicada en la parte posterior del ojo.
Por otro lado, encontramos al cristalino, una lente natural que se encuentra en la parte interior del ojo. Además de regular la distancia del objeto que queremos ver, tiene el trabajo de absorber radiaciones ultravioleta y evitar que lleguen a la retina.
La lesión en la retina más advertida es la que podría producirse si quisiéramos ver un eclipse solar sin la protección adecuada, lo que generaría en ella un daño irreparable.
Una solución artificial a la exposición prolongada del ojo a rayos ultravioleta es el uso de anteojos para sol expendidos en establecimientos habilitados. Estos actúan como filtros solares: seleccionan la luz y permiten que incidan solo los rayos útiles. En ese proceso, el montaje adquiere un papel determinante, porque es allí donde se les da a las lentes polarizadas una orientación para lograr la filtración adecuada. Este montaje debe ser realizado de acuerdo con procedimientos específicos por parte de personal capacitado.
Las lentes que no se venden en circuitos controlados no aseguran la filtración necesaria para evitar que las radiaciones lastimen al ojo.

Proceso
Cuando en la producción y selección no se cumple el proceso adecuado, la lente puede generar un efecto lupa del rayo dañino. Las lentes oscuras, al colocarse por delante de los ojos, generan que la pupila perciba baja luminosidad y, en consecuencia, se dilate, abriéndose en mayor medida para permitir el ingreso de mayor cantidad de luz. Esto provoca que ingresen al ojo muchas más radiaciones nocivas que no están siendo filtradas por un buen anteojo para sol.
Estas radiaciones, debido a la mala filtración de los lentes “truchos”, hacen que el cristalino deba absorber mayor cantidad de rayos ultravioleta lo que puede derivar en complicaciones de la salud visual (cataratas a temprana edad, por ejemplo).
Por eso decimos que, antes que usar lentes “truchos”, es mejor no usar nada, porque pueden provocar un efecto magnificador del daño a los ojos y dejar secuelas que son irreparables.

Niños, los más vulnerables
Y nuestra preocupación es todavía mayor cuando presenciamos el aumento de lentes “truchos” destinados específicamente niños, que son comercializados como si fueran objetos de adorno, accesorios de moda o simples elementos de diversión o juego. Los niños constituyen la población más vulnerable de la sociedad, ya que del 100 por ciento de radiación que un ser humano recibe durante toda su vida, el 70 por ciento es absorbida en la infancia. Es similar a la historia de daño solar que se produce en la piel de una persona. Por todo esto, decimos que la venta ilegal de anteojos es un problema que tiene que ver con lo comercial, pero que atañe también, fundamentalmente, a la salud pública y representa un verdadero problema para la sociedad.

Fuente Cámara de Ópticas de Córdoba

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