El Primer Ministro frances negó, sin embargo, que el tijeretazo de 50.000 millones en el periodo 2014-2017 sea “un plan de austeridad”
La crisis económica sigue golpeando con fuerza en Europa. En España, crece el desempleo y Francia pone en marcha uno de los peores ajustes de su historia.
Según informa el diario El País, «el primer trimeste del año, por tradición, es malo para el mercado laboral y a la salida de una crisis, otra malsana costumbre, el empleo va por detrás de la actividad económica».
«Entre enero y marzo se detruyeron puestos de trabajo se mire por donde se mire: respecto al mismo periodo del año anterior (79.600), desde diciembre (184.600) y de forma desentacionalizada (15.200). Todo para cerrar el trimestre con 16.950.000 ocupados, la cifra más baja desde finales de 2002. Un mal dato que se completa con el incremento en dos décimas de la tasa de paro, hasta el 25,9%, y abre una gran brecha en el discurso económico del Gobierno»
Por otra parte, en Francia, «con mano de hierro y sin guante de seda, apelando a la legitimidad del Gobierno y a la responsabilidad y la credibilidad internacional de la segunda potencia de la zona euro, el primer ministro francés, Manuel Valls, defendió este martes los mayores recortes del gasto público de la moderna historia francesa ante una Asamblea Nacional dividida y un Partido Socialista (PS) fracturado».
Valls presentó el Programa de Estabilidad trienal exigido a París por la Comisión Europea para reducir el déficit de Francia como una “decisión soberana”, imprescindible para crear empleo, mejorar la competitividad de las empresas, volver a crecer, rebajar el déficit —“que nos asfixia”, enfatizó—, y garantizar “la justicia social y el poder adquisitivo de los más débiles”.