«El interior», el viaje al fondo de Argentina de Martín Caparrós
Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) publicó El interior, «el resultado de una idea de novelista, contar la totalidad de su país, con los materiales de un cronista obligado ‘a mirar y a contar”».
Según señala el diario El País, El interior es un viaje al fondo de Argentina. “Recorrí el país en dos años, en tres salidas. Sin un plan preciso. En algún momento, en el libro, me planteo cómo sería el interior de Argentina si fuera un lugar aparte, pues tiene las dimensiones de un gran país”, expresó Caparrós. Y así a veces surge, “como un país extranjero, que es parte de un país que se llama Argentina”.
La gente cree que fuera de Buenos Aires “todo es bucólico, que las chinas esperan a los gauchos con un mate caliente… Y no saben que el 80% de los que habitan en el interior viven en pueblos o ciudades grandes. Y creen también que lejos de la gran urbe todos son puros argentinos. Y Argentina es resultado de un entrevero, producto de la mezcla”.
Entendió dos cosas haciendo los 30.000 kilómetros que le sirvieron para esta prosa: “Lo vacío que es el país, espacios bellísimos donde no hay nadie, o te encuentras gente simpática, amable y solidaria, lo que la gente piensa que no son los argentinos. Este largo viaje me hizo entender también que el país tal como es resulta inviable. Vas a Catamarca, que tiene cien mil habitantes, y tiene congreso, intendente, periodistas, todos girando en torno a los negocios que reparte el gobernador… Y pasas a La Rioja, y sucede lo mismo, y así en todas las regiones… Hay que reformar Argentina en términos del siglo XXI”.
Los demás lo llaman maestro. “Yo solo sé a quiénes copié. Copié a Rodolfo Walsh, a Tomás Eloy Martínez, a Manuel Vicent, a Truman Capote… Un cronista, un escritor, mira, escucha, mantiene la ansiedad ante la reticencia que muestra el mundo a dejarse describir. Además, hay que procurar cierto ritmo y cierta estructura de la prosa. Y es imprescindible no anclarse… En cuanto a lo que dicen de mí, me alegra, claro, pero lo que me interesa es ver cómo me van dejando atrás. Por suerte, lo hacen con gran elegancia. Eso me alienta a cambiar yo también y a veces sigo siendo más innovador que los demás, pero innovador a partir de…, con perdón de la vanidad”.