Exceso de peso

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Nuestros hijos chicos llevan y traen del colegio mochilas cada vez más pesadas. Esto representa una fuente de potenciales problemas, ya que por arriba de ciertos límites el riesgo de que el peso excesivo genere dolores y lesiones aumenta. “Vemos a diario que los márgenes de seguridad se ven ampliamente superados y es cuando empezamos a recibir infinidad de consultas por problemas musculares, esguinces y contracturas, entre otras manifestaciones de malestar”, afirma Diego Mengelle, integrante del Servicio de Traumatología de Fundación Favaloro.
El problema, aunque pueda sonar extraño, es un problema global. Un estudio norteamericano publicado en la revista especializada Journal of Spinal Disorders & Techniques, y basado en el análisis de 3.411 estudiantes de entre 9 y 15 años, halló que el 72 por ciento de las chicas y el 38,5 por ciento de los chicos sufrían dolor dorsal y lumbar como consecuencia de acarrear peso excesivo en las mochilas.
Otro trabajo que exploró la presión ejercida por las correas en los hombros de chicos de 12 a 14 años edad, con mochilas excesivamente cargadas, reveló dificultades en la circulación sanguínea de las zonas afectadas.
Otro estudio, publicado en la revista Journal of Pediatric Orthopaedics concluyó en que casi el 60 por ciento de los dolores de espalda y hombros en los chicos se debe a que cargan demasiado peso. Entonces, ¿cuánto peso puede cargar un chico en la mochila? La respuesta de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) es la recomendación de que los chicos no carguen más del 5 por ciento de su peso corporal en la mochila, ni que arrastren mochilas con ruedas con más del 10 por ciento de su peso corporal. “De esta forma, un chico que pesa 30 kilogramos podría llevar al hombro una mochila de 1,5 kilogramo y tirar de una de 3 kilogramos como máximo”, ilustró Diego Mengelle.

Impacto

El especialista precisó cómo impacta la sobrecarga sobre el bienestar corporal de los más pequeños: “Para compensar el peso de la mochila, el chico inclina hacia adelante el tronco, la cabeza y el cuello, variando de esta forma la curvatura de la columna, provocando dolores y contracturas musculares”. “Aunque también influyen otros factores en la aparición del dolor de espalda (falta de ejercicio físico, malos hábitos posturales, mobiliario inadecuado para la altura de cada chico), es evidente que el peso excesivo de las mochilas contribuye en gran medida a ocasionarlos”, añadió el especialista.
El peso excesivo en las mochilas con rueditas, completó, “también puede ocasionar dolores en las muñecas por la tracción excesiva al tirar de un elemento inestable que al girar en su eje, al subir escaleras y cordones, provoca torceduras (esguinces)”.

Paliar el impacto

Recomendaciones para elegir y armar las mochilas de los niños, que permiten minimizar el riesgo de problemas de tipo traumatológica:
Usar las que tengan asas acolchadas y sean adecuadas al tamaño del niño, de tal forma que no sean más grandes que su espalda y apoyen en la zona lumbar. Las mochilas a evitar son aquellas que apoyan poco en la cintura y tiran mucho de los hombros.
Siempre hay que probar la mochila antes de comprarla, controlando que no sea más grande que la espalda del chico, que no cuelgue hacia atrás, que esté alta y no a la altura de la cintura, y que permita al niño caminar erguido sin dificultad.
Armar diariamente las mochilas, para colocar en ellas lo estrictamente necesario para ese día.
Ubicar los artículos escolares más pesados en forma vertical cerca a la espalda para evitar sobrecargarla, ordenando los útiles de manera que se deslicen dentro de la mochila.
Colocar la mochila pegada a la espalda, ajustando las tiras de los hombros de tal forma que la carga se amolde a la espalda del niño, sin que afecten la movilidad e irrigación de sus brazos.

Fuente  Sociedad Argentina de Pediatría

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