Como había prometido, el dirigente de la oposición venezolana caminó voluntariamente hacia una tanqueta de las fuerzas de seguridad que cercaban la concentración antichavista. Una decena de uniformados lo tomaron violentamente mientras los manifestantes intentaban darle fuerza. El gobierno de Nicolás Maduro lo acusa por los trágicos disturbios del 12F en la capital de Venezuela.
El dirigente opositor Leopoldo López se entregó a las autoridades tras finalizar su discurso ante una multitud. A las 12:23, hora local, se presentó ante funcionarios, que lo hicieron subir a una tanqueta blanca de la Guardia Nacional, ubicada a dos cuadras del Centro Comercial Chacaíto. Se especulaba que sería trasladado hasta el edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), aunque trascendió que será recluido en una cárcel fuera de Caracas.
Antes de entregarse, López pronunció un discurso en el que aseguró que jamás se iría de Venezuela y que no tenía nada que esconder. «Esta lucha es por nuestros jóvenes, es por los estudiantes, por los reprimidos, por los encarcelados, por todo el pueblo de Venezuela que hoy está sufriendo colas, escasez, los jóvenes no tienen empleo ni futuro», aseguró.
Sobre López pesaba una orden de captura emitida la semana pasada a pedido del presidente Nicolás Maduro, quien lo acusa de haber generado los disturbios del miércoles 12 de febrero, en los que murieron tres personas y otras 66 resultaron heridas.