«En lugar del habitual danos hoy nuestro pan de cada día», los novios y esposos «deben rezar» -dijo el pontífice argentino- «Señor, danos hoy nuestro amor de cada día».
En San Valentín, el Papa propone una nueva oración: «Señor, danos hoy nuestro amor de cada día»
El papa Francisco afirmó que «el amor es el verdadero pan del alma», al hablar hoy ante más de 25.000 novios que se congregaron en la plaza San Pedro por el día de San Valentín.
«En lugar del habitual danos hoy nuestro pan de cada día», los novios y esposos «deben rezar» -dijo el pontífice argentino- «Señor, danos hoy nuestro amor de cada día».
El papa Francisco también observó que «el `para siempre` no es sólo cuestión de duración. Un matrimonio no es logrado sólo si dura, sino que es importante su calidad».
«Estar juntos y saber amarse para siempre es el desafío de los novios cristianos. Me viene a la mente el milagro de la multiplicación de los panes: también para ustedes, el Señor puede multiplicar su amor y dárselos fresco y bueno cada día. Tiene una reserva infinita», dijo el pontífice, según consignó la agencia Ansa.
La masiva concurrencia de parejas de novios en la plaza San Pedro por San Valentín, algunos de las cuales serán recibidas por Francisco, constituye la primera experiencia de este tipo en la historia del Vaticano.
La audiencia, promovida por el Pontificio Consejo para la Familia, está reservada a los novios que tienen previsto contraer matrimonio en los próximos meses.
La iniciativa, que fue pensada inicialmente como algo simbólico, superó todas las expectativas en cuanto a participación.
De hecho, ante la afluencia masiva, la primera idea de realizar el encuentro en el Aula Pablo VI se tuvo que dejar de lado.
«El éxito numérico de la iniciativa era absolutamente impredecible hace tres semanas. Demuestra que hay jóvenes a contracorriente que desean que su amor dure para siempre y sea bendecido por Dios, aunque el mundo en el que viven no crea que los lazos son eternos», declaró Vincenzo Paglia, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, organizador del acto.
De este particular modo, la Iglesia retoma la palabra en una festividad que, a pesar de su origen religioso, está más ligada en el imaginario colectivo a lo pagano y comercial.