Todas las cosas tienen dos puntas. Por una se comienza y en otra se termina. Hay un inicio y un final; un arranque y una detención; un nacimiento y una defunción; un origen y una terminación y una apertura y un cierre. Así en todas las cosas de la vida. Es realmente asombroso como cosas de la primaria sean ignoradas por los gobernantes. Tal vez sea que se saltearon algunas páginas por paros de los docentes. Pero las vamos a refrescar ahora.
En el comercio hay también dos puntas; quien compra y quien vende, en grandes rasgos. Pero «rascamos» un poco antes de comprar y alguien debió producir. Del otro lado alguien debió consumir. Entonces partimos de que en la cadena de comercialización los extremos son quien produce y quien consume. Por razones varias, hay varios que se meten en medio. Que facilitan el acercamiento entre las partes, algunos de comedidos otros por negocio, pero son necesarios. En el sistema capitalista, todos «muerden» un pedacito de la «torta» ya sea para hacer propaganda o mejorar o «estirar» el producto.
Pero ¿cuánto se incrementa el precio en esa «peregrinación»? Los gobernantes, subidos a su Rocinante y portando su lanza, arremeten contra los molinos de viento. ¿Y a quienes atacan? A ambas puntas. ¿Y a los intermediarios? Suponemos que son los que abastecen a los fondos privados de los políticos. Entonces no se toca.
La leche se paga a menos de $1 a quien la ordeña y el que la toma la paga $2.40 ¿Tanto vale calentarla y envasarla? Ese es solo un ejemplo, hay millones. Y millones son los que le sacan a los humildes. ¿Inmorales? Y… mas o menos.
Atentamente
Juan R Bell
92061605
Rio Cuarto