Cayó Arreyes

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Una historia de delitos y fugas. Comercializó drogas, protagonizó robos e instauró el terror en Río Cuarto. Fue detenido ayer, cuando salía de hacer un trámite. Por acción ó complicidad, hasta la Policía le respetaba un espacio social ganado con la impronta del hampa.

Quienes lo conocieron, le temían. Con peinado de flequillo, lideraba una banda de jóvenes de clase media que imponían el terror a fuerza de golpes y amenazas. Amparado por una sospechosa impunidad, Máximo Arreyes protagonizó graves hechos de robo y tráfico de estupefacientes, pero también dio lugar a una leyenda que más de 20 años después tiene un recuerdo vivo, lacerante.
Arreyes circulaba en moto, como una postal de rebeldía irreverente, acompañado por laderos fieles e igualmente violentos. El era el jefe y nadie ostentaba cuestionar ese lugar. Por acción ó complicidad, hasta la Policía le respetaba un espacio social ganado con la impronta del hampa.
La droga lo llevó a la cárcel y luego devino el obligado exilio de la ciudad. Sin embargo, el mito creció a la distancia por su relación con otras bandas, algunas vinculadas con el robo de bancos, y la fuga de cárceles provinciales.
En su sitio en Facebook, Arreyes no parece un prófugo de la Justicia. Tiene amigos riocuartenses y una vida social en playas paradisíacas ó centros de sky.
También hay algunas imágenes que refieren a esa juventud violenta y febril.
Su regreso a la primera plana de los medios de comunicación en la ciudad fue sorpresivo. Un policía retirado de la Policía lo observó realizando un trámite en una dependencia municipal en Mitre al 1.200. Avisó al jefe de la Unidad Departamental, Oscar Suin, y se montó  un amplio operativo. Quizás, la mayoría de los agentes desconocían la historia de Arreyes, pero fueron advertidos por Suin sobre la peligrosidad del famoso delincuente.
Aguardaron a que Arreyes subiera a un automóvil Volkswagen Gol negro y lo detuvieron junto a otras dos personas, oriundas de Río Cuarto.
Con 51 años, «El Indio» reflejaba el paso del tiempo, con un físico marcado a fuerza de gimnasio. No opuso resistencia ante la presencia policial y debió entregar una pistola Bersa calibre 380, con cinco balas, una de ellas en la recámara.
Arreyes tenía dos pedidos de captura: uno de 1998 y otro, de un juzgado de Tucumán del año 2001, donde se habría fugado de una unidad penitenciaria de la provincia.
Habría estado viviendo en España y Brasil, hasta que finalmente regresó sorpresivamente a Río Cuarto en un auto rentado en Buenos Aires.
Tras la confirmación de su detención se multiplicaron en las redes sociales los recuerdos del accionar de Arreyes.
“Mirá que loco, el Máximo la última vez que lo ví yo tenia 16 años. Ahora tengo 39 a la entrada de un boliche y me acuerdo que era chiquito y ya era famoso por sus andanzas”, publicó Dani en el Facebook de Telediario.
Por su parte, Mónica afirmó que “fue un mito en Río Cuarto, respetado por muchos, peligroso para muchos y para otros muchos un tipazo”
“No le robaba a cualquiera, no era como los delincuentes baratos de ahora, y es asi, todo tiene un fin, haber si no se les escapa de la cárcel”, afirmó.
Elena, por su parte, públicó: “realmente era una leyenda, triste, pero leyenda al fin.  Soy contemporánea a este hombre. Cuando era adolescente era el terror de Río Cuarto. Me acuerdo cuando llegaba con su moto y su banda al boliche de Estrada al 600″

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