Alegando que era necesario para evitar la consanguineidad, el zoológico de Copenhague sacrificó el domingo a una jirafa sana y dio sus restos a los leones ante la mirada de los visitantes, ignorando ofertas de dinero, firmas de miles de personas y ofertas de otros zoológicos para salvar al macho de dos años.
El vocero del zoológico Tobias Stenbaek Bro dijo que Marius fue sacrificado con una pistola neumática y que su carne sirvió de alimento para los carnívoros del propio centro. Los visitantes, entre ellos niños, fueron invitados a ver mientras la jirafa era destazada y su carne arrojada a los leones.
El zoológico argumentó que sacrificó el animal en seguimiento de las normas impuestas por la asociación de zoológicos de la Unión Europea, a fin de evitar la consanguineidad.