Los países del Pacífico son los primeros en festejar la llegada del nuevo año. La isla de Kiritimati y Nueva Zelanda y Australia ya celebraron.
Después de Kiritimati ha sido el turno de Nueva Zelanda. Una gran espectáculo de fuegos artificiales iluminó el cielo nocturno desde la torre más alta de Wellington, capital de la isla.
Sidney también el cielo austral con un espectáculo de efectos pirotécnicos. Por primera vez desde hace 10 años, la ópera de Sidney fue la sede del lanzamiento de toneladas de pólvora que inundaron de colores el cielo de la ciudad a partir de las 21 horario local (las 10 GMT).
Casi dos millones de personas presenciaron el espectáculo, que costó seis millones de dólares australianos (5,3 millones de dólares estadounidenses), según su alcalde Clover Moore. Es el precio «de la fiesta de Año Nuevo más bonita del mundo, en el puerto más bonito del mundo», destacó el jefe comunal.
La Antártida fue una de las primeras regiones en recibir 2014. Los pasajeros de un buque científico ruso varado desde hace una semana en los hielos celebraron la llegada del nuevo año con un himno improvisado.
Las ciudades de todo Asia fueron las siguientes en recibir el Año Nuevo
En Japón la celebración fue calma y discreta, con algunos fuegos artificiales y visitas masivas a templos. La población también se regaló con gambas, «sashimi» de atún rojo y otras delicias como «noodles», que en el país se consideran un símbolo para desear una larga vida.
En Filipinas, las celebraciones previstas estuvieron atenuadas por el recuerdo del paso del tifón Haiyán. En Taclobán, que se llevó la peor parte de esta tormenta el 8 de noviembre, no obstante, se lanzaron fuegos artificiales para animar a la población, a pesar de las casi 8.000 personas que murieron o están desaparecidas en la zona.
Seúl por su parte, recibió al nuevo año con 33 tañidos de una tradicional campana del siglo XV.
En Singapur, mucha gente se apiñó en el barrio financiero para disfrutar de los fuegos artificiales, al tiempo que miles de esferas blancas que guardaban los deseos y aspiraciones de muchos de sus habitantes fueron lanzadas en Marina Bay.