Los síntomas del ineludible ajuste económico

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Si la no aprobación en el Senado de la polémica resolución 125 hace dos semanas parecía calmar las aguas de la economía argentina, en realidad fue solo un bálsamo instantáneo ya que los problemas que teníamos el 11 de marzo, siguen estando presentes pero con el agravante de haber perdido cuatro meses en el conflicto.

Inflación reprimida y encubierta, índices manipulados que lo único que logran es agravar el panorama, festival de subsidios para mantener quietas las tarifas, son parte de la lista de problemas que se presentan cada vez con mayor intensidad.

La necesidad de practicar ajustes está implícito, en el anuncio de días pasados con la suba en las tarifas eléctricas para los usuarios residenciales del área metropolitana, cuando cabe  recordar  las mismas hace tiempo ya vienen siendo incrementadas en el interior del país. Al respecto estudios privados estiman que las facturas por el servicio de energía en nuestro país arrancan en Capital Federal con $ 40, y termina en los $ 100 de Santa Fa (la más cara) y en el país la media es de $ 65.77 sin impuestos.  Aún con el ajuste mencionado el costo para Capital Federal, el conurbano y La Plata sigue siendo la más baja de República Argentina.

Otro síntoma son las voces de alerta y de queja de economistas que apoyaron las políticas oficiales. Las críticas van desde la ausencia de un rumbo claro y de incertidumbre, que no estimula las inversiones hasta la falta de reconocimiento en el problema inflacionario por parte de las autoridades.  

Es interesante mencionar que luego de la derrota en el Senado, en dos semanas se anunciaron medidas, que siguen en la misma línea; por un lado se reclama a las empresas exportadoras incorrecta liquidación del depósito por las retenciones de granos (la cifras es de 2.350 millones de dólares), por otro aparece la resolución 543 del ONCCA en esta semana modificando la operatoria comercial; eso sin olvidar el transcendido acerca de un nuevo proyecto para llevar las retenciones a las exportaciones de soja del 35% al 40%.

Ello provoca que las exportadoras bajen al mínimo posible su liquidación de divisas y que el Banco Central en lugar de comprar dólares, como sería normal en esta época, haya debido salir a vender; además se suspendió la norma que dificultaba la entrada de capitales especulativos, mediante la 195 de Economía, que dejó sin efecto por 30 días el requisito de dejar en custodia del BCRA, por un año y sin remuneración, el 30% de los dólares ingresados al país.

La “Isla cordobesa”
Una muestra de los desajustes fiscales e institucionales es la crisis en la provincia de Córdoba; la misma se origina en parte -o a primera vista tiene como causa- en la venganza por parte del Gobierno Nacional ante la posición del Gobernador Schiaretti en el conflicto del agro, al no pasarle aquél los fondos convenidos, pero reconoce muy probablemente como causa estructural el desmanejo en las finanzas provinciales, siendo esta una situación que se arrastra desde hace tiempo.

Al fin y al cabo no es la primera vez que Córdoba se enfrenta a una situación de éstas; ya en el año 1995 los manifestantes quemaron la casa partidaria de quien era en ese entonces el primer mandatario provincial, el Dr. Eduardo ANGELOZ, obligando a su salida anticipada del cargo, luego de que acumulara varios meses impagos a los empleados de la administración pública, en una crisis originada en el desquicio administrativo y potenciada por el efecto tequila. Más cerca en el tiempo el anterior Gobernador decía que “nuestros jubilados son los mejor pagos y nuestros impuestos, los más bajos del país”; para colmo Schiaretti no puede endilgarle nada a su antecesor; desde 1999 fue ministro de Producción, titular de Economía y vicegobernador de De la Sota.

En definitiva las luces amarillas que se iban prendiendo en el tablero de la economía argentina, están pasando a color rojo cada vez en mayor cantidad y lo que es más grave a mayor velocidad.

Lic. Claudio FORLANI

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