El gobierno actual dio un gran giro político. Decidió finalmente pagar la deuda con el Club de París o sea a un grupo de países desarrollados a quienes debíamos más de 6000 millones de dólares. Hacia fines de la semana pasada se había comentado que el Gobierno quería hacer algo al respecto. Necesariamente había que hacerlo pero con refinanciación. Se debió haber hecho antes y no se hizo. Ahora que se hace, se hace sin negociar.
Cosas de la Argentina. Finalmente la Presidenta lo anunció en el día de la industria. La aplaudieron a rabiar. Primero sentados y luego de pie. Sin dudas les cayó bien a los industriales el anuncio. Fue acompañado de promesas de créditos a las empresas y del cierre de la economía para evitar la competencia de los productos Chinos. Toda una prueba de que la altísima inflación con un dólar fijo está llevando la economía a un obligado enfriamiento. Toda una prueba de que pese a la política de redistribución la plata en forma de subsidios siempre termina en los bolsillos empresarios.
La medida viene después de reconocer en el presupuesto que el crecimiento será no de tasas Chinas sino del 4 % en el 2009. Algo realista si se mantiene la inversión en los niveles actuales. En todo caso, la medida pretende ser una señal de cambio de rumbo. De querer salir del aislamiento internacional en el que estamos y un paso de conciliación con el capital internacional. Los efectos serán positivos. Debería mejorar el mejorar el riesgo país y bajar la tasa de interés dando acceso a la Argentina al crédito más allá de lo que ofrece Chavez. A medio plazo puede ser una señal importante para el aumento de la inversión extranjera.
La razón es simple. Con menos crecimiento, una gran dependencia del precio de la soja, un escenario internacional de crisis irresuelta y un cronograma apretado de vencimientos de la deuda era imprescindible volver a reinsertarse en los mercados de crédito mundiales. Lo malo es que como siempre se hace al estilo Kirchner, fuera de tiempo, por decreto y sin negociar la refinanciación. Como si sobrara la plata en Argentina.
Del otro lado se viene la re-estatización de aerolíneas. Una empresa que pierde un millón de dólares por día. Que fue desguasada y vendida en pedazos. Que no tiene casi aviones propios salvo cinco. Que no pudo funcionar bien ni en manos del Estado ni en manos del capital privado. Son mil millones de pesos al año para que funcione. Equivale a tener unas 10 universidades como la de Río Cuarto operando. Todo un despropósito. Mientras Brasil decide invertir sus ganancias petroleras en educación pública y reducción de la pobreza, Argentina subsidia empresas inviables.
El subsidio empresario es enorme. Son mil millones de pesos al año. Para tener una idea del desperdicio de recursos basta pensar que todo el programa de salud sexual y procreación responsable de la Argentina cuesta 24,5 millones de pesos. Lo que se gasta en Aerolíneas en seis horas. En un país que no consigue eliminar la sífilis congénita. Ese es el cuadro que ha surgido en la política económica del país luego del conflicto con el campo. Seis mil millones de dólares para los Gobiernos de los países desarrollados por un lado y un millón de dólares por día para aerolíneas y sus gremios por el otro. Claramente todo un ejemplo de cómo se Gobierna para tener un rumbo orientado hacia los pobres y la redistribución…
Dr Roberto Tafani.