“El Indio” Solari volvió a ratificar que posiblemente no exista en la historia de la Argentina un artista con mayor poder de convocatoria que él. Más de cien mil personas vibraron anoche, bajo la lluvia, con otro de sus conciertos masivos en el autódromo de la ciudad de San Martín, a 40 kilómetros de Mendoza capital. El show arrancó a las 21.47, con un tema de los Redondos, Luzbelito. Solari salió con gorrita al escenario y dio las gracias por la gran concurrencia de gente.
“Somos una ciudad. Me dicen que nunca tanta gente pagó por un recital”, dijo El Indio.
Durante la previa, los fieles alteraron el ritmo tranquilo de la región, llenaron de color las calles y por supuesto colmaron las 21 mil camas de la capacidad hotelera del Gran Mendoza. También colapsaron los campings. Desde las 9 de la mañana, fue complicado acceder al predio del parque Agnesi, donde acamparon miles de seguidores.
Por la tarde, como en una procesión, la fila de autos avanzaba a paso lento por el Acceso Este, que une la capital con la ciudad de San Martín. Había hasta 10 kilómetros de cola por la cantidad de colectivos, minibuses y autos que marchaban al recital. Las 95 mil entradas estaban vendidas y seguían llegando asistentes a la “misa ricotera”. Se veían familias completas, padres y madres con sus chicos en brazos o en cochecitos. Corría mucho alcohol, pero era una tarde pacífica, sin descontrol. El “vamos los redooo, vamos los redooo” retumbaba permanentemente como una letanía. Los ricoteros debían caminar un par de kilómetros a pie hasta llegar al ingreso del autódromo, donde se vendían remeras, vinchas, pulseras, vinos y otros objetos con la cara del Indio. Se hablaba, también, de la presencia de Florencia Kirchner, hija de la Presidenta.
A las 16, con 8 grados, se abrieron las puertas del autódromo Ángel Penna y los fans comenzaron a ingresar. Cerca de las 19, cayeron algunas gotas. “Alquilamos un colectivo para 64 personas y venimos directo desde Asunción del Paraguay”, decían los integrantes de un grupo que viajó 30 horas hasta Mendoza.
Fuente: Clarín.com