El Papa recibe a miles de jóvenes argentinos en el encuentro en Brasil

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En el  lugar hay casi un centenar de riocuartenses.  «A ustedes y todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague», expresó ayer el Papa.

El papa Francisco pidió este jueves a los jóvenes nunca desanimarse por la corrupción, tras las masivas manifestaciones que sacudieron recientemente Brasil exigiendo castigos para políticos corruptos y transporte, educación y salud de calidad.

«Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés», dijo el papa en la favela de Varginha, ante miles de personas.

«A ustedes y todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague», añadió.

El papa Francisco afirmó frente a una multitud en la empobrecida favela de Varginha que la «pacificación» de las barriadas pobres de Rio de Janeiro emprendida por el Estado para arrebatar su control a narcotraficantes y milicias parapoliciales, no durará si la sociedad brasileña margina a sus pobres.

«Ningún esfuerzo de ‘pacificación’ será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma», dijo el papa al visitar esta favela gris y plana de la zona norte de Rio, donde fue aclamado por miles de personas pese a la lluvia y el frío.

El Papa manifestó que aunque su mayor deseo era poder visitar todos los barrios de este país, «ir a cada puerta, pedir un vaso de agua fresca, pedir un cafe o un vaso de cachaza», había escogido este asentamiento «porque representa todas las comunidades de Brasil».

Agradeció haber sido acogido con «tanto amor y alegría que nace del corazón de los brasileros», y los felicitó porque siempre «comparten la comida con quienes llegan a su puerta». «¿Se puede colocar más agua en la olla siempre, verdad?, les preguntó.

Invitó a las autoridades públicas, a las personas que tienen más recursos y a «personas de buena voluntad comprometidas con la justicia social, que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario»

«No dejemos entrar a nuestro corazón la cultura de lo descartable. Ninguno es descartable, todos somos hermanos», enfatizó.

Finalmente comprometió a la Iglesia e la colaboración de «todas las iniciativas que impliquen un desarrollo del hombre», pues en sus palabras «la violencia sólo puede ser vencida a partir del cambio del corazón humano».

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