La delegación riverplatense arribó al cruce de las dos carreteras cerca de las 17.30, pero los dos ómnibus de la empresa Chevallier que trasladaban a los jugadores y al cuerpo técnico avanzaron a paso de hombre, por la gran cantidad de simpatizantes que los acompañaba, por lo que tardaron casi dos horas para cubrir los 22 kilómetros que los separaban del hotel, ubicado en el km. 160,5.
La multitud, casi 5.000 personas, se concentró en la Glorieta de la plaza Independencia de Tandil a las 15.30 y desde allí se trasladó a la entrada de la ciudad para recibir a sus ídolos, acompañarlos en caravana y apoyar al ´Pelado´ Díaz, en su tercer ciclo como entrenador de la entidad de Núñez.
La convocatoria se realizó a través de varias redes sociales y el programa partidario local «Desde La Cuna», que conduce Marcos Carrillo.
ero a la vez los simpatizantes ´millonarios´ de la filial «Vamos los Millo» de Tandil empapelaron la ciudad con dos afiches: «El 7 de enero a las 15.30, en la Plaza Independiencia, caravana hasta 226 y 30» y «es una tarde especial, no te la vas a olvidar, River va a copar toda la ciudad».
Con todos esos condimientos hubo una verdadera marea riverplatense en las calles y rutas de la ciudad serrana, que abandonó su siesta habitual para dar lugar a un recibimiento extraordinario.
«Todo esto superó nuestras expectativas. Creíamos en que íbamos a armar una fiesta mejor que la de Boca, pero ahora, con toda esta gente a lo largo de la ruta 226, no me quedan dudas de que somos los más grandes», le dijo a Télam María Zavagno, presidente de la peña tandilense.
«Igualmente todo esto fue posible, darle un recibimiento acorde a la historia del club, por el apoyo y el esfuerzo y presencia de las filiales de Mar del Plata, Necochea, Juárez, Olavarría, Rauch, Ayacucho y Azul», agregó a su turno Guillermo Tejo, vice de la peña «Los Millo».
Mientras que Alejandro Leoz, secretario de la filial, completó el sentimiento de todos los tandilenses: «No queríamos molestar, pero la gente se expresó así. Fue nuestra forma de darles nuestro apoyo».
Y toda esta movida conmovió tanto a Ramón Díaz, quien vía twitter «agradeció» a todos los hinchas, como a sus dirigidos, quienes nunca pensaron en semejante muestra de cariño.
De hecho la delegación se mostró de buen ánimo, pese a que tras cuatro horas y media de viaje, una aunténtica marea humana, con los colores rojo, blanco y negro, los depositó en el hotel Elegance, el búnker ´millonario´ en Tandil, que abrió sus puertas el 27 de agosto de 2005.
La gente se reunió primero en la plaza Independiencia, donde los vendedores callejeros «se hicieron el día» con la venta de gorros (que iban desde los 30 y 40 pesos), remeras (entre 70 y 150) y banderas (entre 30 y 50).
«Esto no pasa muy seguido acá, y por eso tenemos que aprovechar. No creo que los precios sean caros, la gente compró sin quejarse. Pagamos un impuesto de 153 pesos a la Municipalidad y vendimos tranquilos», le confesó a Télam Carlos, un comerciante histórico de la ciudad serrana.
Y a la altura del cruce entre las rutas 226 y 30 todo era color blanco, rojo y negro. El pueblo ´millonario´, mucha familia, acompañó al plantel riverplatense arriba de autos, camionetas, bicicletas y los más valientes a pie.
Ya en la entrada al hotel Elegance, donde había una bandera que decía: «Bienvenidos (un escudo de la filial «los Millo» con un dibujo de La Piedra Movediza, un ícono de la ciudad serrana), Tandil es tu casa», más hinchas le pusieron música a la tarde-noche con bombos y redoblantes, más color con bengalas rojas y blancas.
Allí, todos, tanto los que los acompañaron por la ruta como los que los esperaron en la puerta del hotel, vieron bien de cerca a sus ídolos.
En el primer micro, el interno 3841, iban los dos referentes del plantel, David Trezeguet, el capitán, y Leonardo Ponzio, el sub-capitán; y en el segundo, el 3871, Ramón Díaz, el flamante entrenador.
Los tres recibieron el cariño de la gente: con los clásicos «Ole, ole, ole, David, David» y «Ole, ole, ole, Ponzio, Ponzio» y «Vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Ramón Díaz, todos la vuelta vamos a dar».
Y cerraron la fiesta con otros dos hit: «El que no salta es un bostero, el que no salta es un bostero» y «Soy de River, soy de River, soy de River, yo soy».
Fue el final, cerca de las 20.30, de una tarde-noche mágica para los tandilenses.
Y el inicio del descanso del plantel ´millonario´ en el coqueto resort de la familia Braceras, donde estará hasta el 24 de enero, día en el que River jugará su último amistoso en Mar del Plata, por la Copa Centenario ante Racing Club.
Previamente, lo hará frente a Independiente y Boca Juniors, los sábados 12 y 19 del mismo mes. Pero para eso ya habrá tiempo.
De hecho, el plantel cumplirá su primer entrenamiento mañana a las 9 en el club de rugby Los 50 y por la tarde, cerca de las 17.30, el segundo en la cancha del Ferrocarril Sud.
Y sin dudas, más hinchas dirán presente, porque el River de Ramón Díaz llegó a Tandil y explotó la ciudad serrana. Es que el sueño de ser campeón otra vez está en marcha.