El uso de este medicamento parece asociarse con una reducción en el riesgo de cáncer de hígado y de muerte por enfermedad hepática crónica, así lo indica una nueva investigación.
El estudio incluyó a más de 300,000 personas entre los 50 y los 71 años de edad, que reportaron haber usado aspirinas y antiinflamatorios no esteroides (AINE), a quienes se dio seguimiento por diez a doce años. En ese periodo, más de 400 participantes murieron de enfermedad crónica del hígado y a 250 se les diagnosticó cáncer de hígado.
En comparación con las personas que no tomaban AINE, las personas que tomaban aspirinas tenían un 45 por ciento menos de probabilidades de morir de enfermedad hepática crónica y un 41 por ciento menos de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de hígado. Las personas que tomaban AINE que no fueran aspirina tenían un 26 por ciento menos de probabilidades de morir de enfermedad hepática crónica, pero no tenían menos probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer de hígado.
Si estos hallazgos se confirman, podrían llevar a nuevas formas de prevenir la enfermedad hepática crónica y el cáncer de hígado, concluyeron el autor del estudio, el Dr. Vikrant Sahasrabuddhe, de la división de epidemiología y genética del cáncer del Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., y colegas.
Aunque el estudio halló una asociación entre el uso de la aspirina y un menor riesgo de problemas del hígado, no probó causalidad.
Investigaciones anteriores han relacionado la inflamación crónica debida a la enfermedad del hígado con procesos celulares que podrían fomentar el desarrollo del cáncer, mientras que otras investigaciones han sugerido que la aspirina y otros AINE podrían ayudar a reducir el riesgo de ciertos cánceres, señaló un comunicado de prensa de la revista.
Aunque vale la pena estudiar el potencial de nuevos métodos de prevención como el uso de AINE, también es necesario enfocarse en mejorar las prácticas e intervenciones preventivas establecidas, anotaron en un editorial acompañante en la revista la Dra. Isra Levy y la Dra. Carolyn Pim, del departamento de epidemiología y medicina comunitaria de la Universidad de Ottawa, en Canadá.
Las causas conocidas de la enfermedad hepática crónica y del cáncer de hígado son las infecciones con los virus de la hepatitis B y C y el uso de alcohol. También se ha sugerido que puede haber una relación con la obesidad y con la diabetes.
Fuente: Revista Journal of the National Cancer Institute.