En boliches, fiestas privadas ó salidas nocturnos, se reiteran las agresiones con desenlaces graves. Foto: Joven asesinado.
La muerte de un joven apuñalado en la madrugada del domingo, en una fiesta privada que se desarrolló en barrio Fénix, sumó un nuevo capítulo trágico a la secuencia de peleas y agresiones que enlutó el 2012.
Mauricio Allende tenía 19 años y trabajaba como trapito en las esquinas de la ciudad. El pasado fin de semana se autoconvocó a través de Facebook a una fiesta que se desarrolló en una casa de calle Almirante Brown 1156.
Tras una pelea con otro joven, presumiblemente por una gorra, Mauricio recibió una herida punzo cortante en la región del tórax, lo que le provocó la muerte en pocos minutos.
La víctima cayó en una calle y falleció cuando era trasladado al Hospital. Uno de sus amigos también resultó herido, tras recibir un leve corte en una mano.
El trágico desenlace de la pelea se suma a otros hechos violentos que condicionan la noche riocuartense.
El 20 de agosto, un joven de 17 años fue asesinado de una puñalada a la salida de una fiesta de 15 en barrio Alberdi. Fue identificado como Diego Gabriel Brondo (17), domiciliado en Pasaje Echeverría 525, en barrio Alberdi.
Otros episodios, con jóvenes víctimas de graves heridas durante peleas entre bandas ó peleas en la madrugada, emergen como acontecimientos frecuentes en la noche riocuartense.
Aunque los hechos más graves ocurrieron en fiestas privadas, sin control oficial, también hubo dos agresiones con preocupantes consecuencias en los boliches Factory y Roca Rosa. En el primer caso, un joven fotógrafo terminó en Terapia Intensiva tras recibir un botellazo en la cabeza y en el segundo episodio, un hombre de 30 años debió recibir once puntos de sutura tras el impacto de un vaso sobre su cabeza.
Otro ejemplo de la violencia entre jóvenes fue la muerte de Ricardo Vélez, el motociclista que transitaba por calle Castelli y fue ultimado de 3 balazos por Franco Bildoza. Para el fiscal, el hecho fue producto de una pelea entre grupos de las 400 Viviendas y el San Eduardo.
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