Pese a que en una primera instancia el Ministerio del Interior destacó el éxito del sistema biométrico que habría detectado e impedido el ingreso al River-Boca del jefe de «La 12», éste finalmente logró entrar y dirigió a la barra a la vista de todos. Expuso así la complicidad que hay con los violentos
Las fotos que muestran a Mauro Martín en el centro de la barra brava de Boca durante el segundo tiempo del Superclásico entre River y Boca del pasado domingo dan cuenta de, en principio, el frustrado sistema biométrico promocionado por el Ministerio del Interior y Transporte y el de Seguridad de la Nación para contener a los barras y expone la complicidad de estos con las fuerzas policiales y, sobre todo, con el poder político.
Una hora antes del comienzo del partido, la agencia oficial Télam proporcionaba las fotos de los efectivos policiales retirando del estadio a Mauro Martín como consecuencia de que había sido detectado por el sistema biométrico para el acceso a los estadios, un mecanismo implementado por el Ministerio del Interior y Transporte conducido por Florencio Randazzo (fanático hincha de Boca), quien organiza el desarrollo de dicho mecanismo junto con la AFA y el Ministerio de Seguridad, con el supuesto objetivo de erradicar a los violentos de las canchas del fútbol argentino.
En principio, Martín había negado su identidad pero el sistema reconoció dos veces sus huellas digitales y se le labró un acta con el que se le impedía el acceso al Monumental. El acta tuvo la firma del subinspector Jorge Pereyra, de la comisaría 25ta. y el texto rezaba que Martín, de 35 años, pretendió ingresar por el acceso visitante de la avenida Figueroa Alcorta y Lidoro Quinteros.zzaro, para luego evadir cualquier tipo de control y mostrarse delante de todos, brazo en alto, dirigiendo a la hinchada.
Fuente: Infobae