«Los signos clínicos asociados a patologías de la próstata son variados y dependerán del tipo e intensidad de la patología prostática», puntualiza el médico veterinario dr. Javier Paoloni quien agrega: «pero los más comunes, los que vemos en el día a día en el consultorio afectan generalmente a perros mayores de 5-6 años». Y son:
1) Tenesmo defecatorio. Al agrandarse la próstata produce esta dificultad del perro para defecar, el pacientito hace fuerza, mucha fuerza cuando va a defecar, le cuesta, le duele, demora, incluso pueden verse a veces heces achatadas, como un “cinto” de los que usamos para sujetar los pantalones. Los propietarios manifiestan preocupación cuando lo ven defecar y muchas veces piensan que “tiene algo encajado” “que se ha comido un hueso” o “que esta duro de vientre”
2) Hematuria-Disuria. Al agrandarse la próstata comprime la uretra y causa esa dificultad para orinar (disuria), puede verse goteo de orina por la casa e inclusive pueden aparecer micciones con sangre (hematuria) y/o goteo de sangre. No es raro de asociar este signo después de que el perro haya tenido contacto u haya estado jugando u olfateando perras en celo.
3) Uretrorrea. Es una pérdida de líquido purulento por el pene proveniente de la infección prostática. No es tan común, pero se ve. Se puede confundir con esmegma, que es una secreción verdosa que se acumula en el prepucio y no causa inconvenientes – a menos que la cantidad sea excesiva-
4) También pueden verse signos sistémicos, el pacientito puede mostrarse enfermo. Febril, deprimido, con dolor en la zona de proyección prostática, con marcha envarada, anoréxico. Se puede confundir con dolores en zona de proyección renal (cólico renal), con patologías de columna lumbar o lumbosacra (espondilolistesis o sacralización de la ultima vértebra lumbar)
5) Infecciones recurrentes del tracto urinario. Muy común, asociados a pH urinarios alcalinos gralmente. Son pacientes que hacen cistitis, las resolvemos y recidivan porque el foco contenedor de la infección está en la próstata.
6) Más raros son signos de distención abdominal debidos a retención urinaria de origen obstructivo o infertilidad por prostatitis crónica.
Como ven, los signos son variados porque las patologías son variadas y cuáles son las patologías más comunes que producen estos signos:
1) Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es un agrandamiento de la próstata, pero sin signos de malignidad en su estructura celular, es la mas común de todas.
2) Quistes Paraprostaticos (QPP), son quistes que exceden el parénquima prostático.
3) Prostatitis. Es la inflamación de la próstata por una infección que puede venir de varios “lugares”. Puede venir desde la uretra y vejiga por vía ascendente, pero también puede llegar por sangre (vía hematogena) . Los gérmenes encontrados son los mismos que encontramos en las infecciones de las vías urinarias (Staphylococcus, Streptococcus, Proteus) pero la enorme diferencia es que al ser la próstata un órgano “compacto” y menos irrigado que por ejemplo la vejiga, los antibióticos tienen mucha dificultad para alcanzar concentraciones adecuadas en ella.
4) Abscesos prostáticos. Pueden coexistir o deberse a prostatitis aguda o crónica.
5) Tumores prostáticos. Casi siempre afectan perros mayores de 9-10 años, el tumor más común es el adenocarcinoma, le siguen en orden de prevalencia el carcinoma de células de transición, el carcinoma de células escamosas y el linfoma.
Diagnóstico de precisión
Se alcanza realizando un completo examen clínico, después de examinar al paciente el Médico Veterinario indicará algunos estudios complementarios que pueden ser:
- Urocultivo + Antibiograma: cuando se sospecha de una infección.
- Ecografía: para determinar tamaño y posición de la glándula y la homogeneidad del parénquima, pueden verse los abscesos, quistes y neoplasias. También es útil para guiar la toma de muestras para biopsias. Debe siempre incluirse el examen de ambos testículos.
- Evaluación del líquido prostático para realizar citologías, cultivo para anaerobios y aerobios y antibiograma. Con la citología podemos determinar presencia de células tumorales.
- Biopsia. Si no llegamos al diagnostico de precisión con los demás métodos, podemos recurrir a la Biopsia de la glándula con las consideraciones y riesgos asociados a la realización del procedimiento. Este puede ser percutáneo (o cerrado) que es guiado por ecografía o puede ser quirúrgico (abierto).
Una vez alcanzado el diagnóstico, se iniciara el tratamiento específico. Si la patología es infecciosa (aguda o crónica) se utilizaran los antibióticos orientados por el antibiograma. Pueden ser tratamientos que vayan de los 45 a 90 días. Después de resolver la prostatitis se indicara la orquiectomia.
En los quistes y/o abscesos prostáticos de gran tamaño pueden realizarse drenajes quirúrgicos. Son cirugías muy complicadas y solo deben ser realizadas por cirujanos experimentados.
La prostatectomia puede realizarse en caso de tumores acompañada de radioterapia intraoperatoria o externa pre y post quirúrgica.
También se pueden usar los anti andrógenos (o inhibidores de la testosterona) como la Flutamida y el Finasteride, este ultimo puede disminuir hasta un 70% los niveles de dihidrotestosterona prostática.
Resumen Final:
En 17 años de dedicación a la clínica de pequeños animales he visto patologías prostáticas de las más variadas, pero si de porcentajes hablamos aproximadamente el 95% fueron HPB, Prostatitis y abscesos prostáticos. En las 3 posibilidades mas vistas la CASTRACION ha sido el procedimiento que acompaño al tratamiento de base consiguiendo resultados muy positivos ya que extirpando los testículos que son la “fabrica” de testosterona dejamos a la glándula sin su principal soporte hormonal consiguiendo al cabo de algunos meses una reducción notable del tamaño prostático que redunda en la mejoría de los síntomas clínicos.
Imagínense un Cocker de 10-12 años que durante los últimos 2-3 años padece prostatitis, infecciones urinarias que se repiten cada 3-4 meses, goteo de orina inclusive con sangre en la casa, levanta la pata para orinar y hace “chorritos” y se queda asi por varios minutos, hacemos los estudios y en la ecografía vemos una próstata del tamaño de una pelota de tenis, homogénea, compacta, pero muy muy grande. Al realizar la castración de ese paciente al cabo de algunos meses la pelota de tenis se transforma en “una pasa de uva”. La glandula se “seca”, se achica, recibe menos irrigación, las bacterias en ella alojadas ya no tienen la comodidad y los “nutrientes” que les daba la glándula inflamada, se descomprime la uretra, vuleven a orinar sin dificultad, sin sangre, vuelven a defecar sin problemas. El alivio en el paciente es enorme y la alegría de los propietarios también.
Quiero remarcar que la gran cantidad de patologías prostáticas que vemos en perros de edad avanzada están ligadas directamente a la NO REALIZACION DE LA CASTRACION en edades tempranas porque -a mi criterio-vivimos en una sociedad “machista” donde los propietarios se resisten sistemáticamente a realizar el procedimiento.
Siempre estadificando la información para tener real magnitud de lo que tratamos de transmitir, en Veterinaria Vida por cada 25 hembras que castramos, se castra 1 macho, y este macho siempre se castra por razones terapéuticas (Prostatitis, HPB, neoplasias testiculares etc). Practicamente no castramos machos como medida preventiva, como si lo hacemos en hembras para disminuir la incidencia de tumores mamarios malignos, eliminar posibilidades de infecciones uterinas y evitar las molestas pseudopreñeces.
Paoloni afirma: «Estoy completamente seguro que si la familia decide no destinar a su cachorro a la reproducción y realiza el procedimiento de la castración a edades tempranas las patologías prostáticas disminuirían rotundamente, lo mismo que disminuye la incidencia de patologías mamarias cuando se castra la hembra antes del año de vida».
Este resumen tiene como único objetivo informar y concientizar a los propietarios de nuestros pacientes, los ejemplos y estadísticas son basados en experiencia personal. Para profundizar en el tema hay gran cantidad de bibliografía especializada.
Dr. Javier Paoloni
Médico Veterinario
(MP 1584)