«Voto joven sin sesgo especulativo»
Por Viviana Pomiglio, concejal Río Cuarto para Todos
La iniciativa de la implementación del voto a partir de los 16 años es de un análisis no menor, y sobre todo despojado de mezquindades y especulaciones electorales. Los dichos del senador Aníbal Fernández “no hay que tenerle miedo a los jóvenes” no parece ser consecuente con el cajoneo de la adhesión a la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes (Octubre de 2005), en la que tuvo y tiene mucho que ver. Hay que señalar que dicho instrumento internacional especifica en sus 44 artículos, beneficios (en realidad derechos) sobre trabajo, educación, cultura, salud, entre otros para los jóvenes, obligando a sus Estados adherentes a realizar acciones legislativas, administrativas y presupuestaria para garantizar verdaderas políticas de estado en la materia. Fue suscripta por 18 países, el nuestro, bien gracias. El motivo: el impedimento sistemático del tramite parlamentario del proyecto. La discusión de fondo es otra, los jóvenes pueden votar a los 16 años? Si pueden. Pero también, y hay que decirlo: no pueden estudiar si son pobres, no pueden incluirse en el mundo laboral, menos pueden conducir ni pueden ir a boliches hasta los 18. Sería faltar a la verdad sino se reconoce que se alzan voces de todos lados enfatizando “lo perdidos que están nuestros jóvenes”: “los chicos y las chicas repiten de año, dejan la escuela, se embriagan, se drogan, son violentos y también cometen delitos, infligen la ley, Dios nos guarde de tal calamidad!! Pero… tienen que votar!” Los chicos piden eso al mundo adulto y regente de sus destinos, eso piden a sus gobernantes? Tienen que estar “formados”? Todos los votantes mayor de 18 años lo estamos? Los consideramos sujetos de derecho o creemos sujetarlos al derecho? Les damos el lugar de significancia como tales, o les asignamos el que creemos que merecen? Si alguien me pregunta si los jóvenes tiene que votar a los 16, les digo que si que deben votar y también ir por más. Adelante! exigir TODO lo que significa ser un ciudadano pleno y nada de derecho optativo, se es o no. Incluso ser candidatos. “Seamos realistas pidamos lo imposible”, alude la consigna del Mayo Francés. Contrariamente a quienes eluden responsabilidades, los jóvenes no lo hacen, nos vomitan en la cara sus dulces verdades nos guste o no. Hay que dar el debate y sin sesgo especulativo ni empalagamiento demagógico. Creo que la madurez y formación que le exigimos a nuestros chicos para ejercer el derecho al voto debemos tenerla quienes tenemos la obligación, desde el Estado, para legislar sobre temas trascendentales de fuerte implicancia social. Hay que profundizar la democracia y los mecanismos para su mejor ejercicio. Más participación implica mayor compromiso e históricamente los cambios sociales más importantes han sido gestados por jóvenes y no al revés. Chicos y chicas a votar pero también, a participar y exigir las garantías que este acto, no menor, significa.