Mientras Silvio Berlusconi deshoja la margarita de su regreso a la primera división de la política, se han conocido unas fotografías de la gruta secreta que, con cargo al erario público, se construyó allá por 2004 en Villa Certosa, la mansión de Cerdeña donde organizaba aquellas bacanales que en 2009 consiguió fotografiar Antonello Zappadu. Ha sido el mismo fotógrafo, que ahora vive en Colombia, quien a través de su página web ha difundido las imágenes del túnel submarino, un ingenio excavado en la roca para permitir que el entonces jefe del Gobierno italiano pudiera ponerse a salvo —al estilo agente 007— en caso de ser atacado.
Según informa el diario El País, la existencia de la gruta secreta ya se conocía. Incluso Berlusconi, con su desparpajo habitual, había intentado justificar el dispendio: “Son los servicios secretos los que me han pedido hacer la obra, después de las 38 amenazas de muerte que he recibido”. Pero hasta ahora no se habían conocido ni la magnitud de la obra ni la decoración estilo imperio romano del túnel.