Con el nuevo Código Civil, la infidelidad (o adulterio) ya no cuenta, en términos jurídicos, como una razón para terminar un matrimonio, sencillamente porque no hace falta.
En el debate de la comisión bicameral del martes pasado, la prestigiosa jurista mendocina Aida Kemelmajer de Cartucci, que participó de la elaboración del proyecto, explicó que “la desaparición del deber de fidelidad se realiza por supresión como deber jurídico y su transposición como deber moral”.
Según publica el matutino Clarín, con la reforma, el deber de fidelidad queda restringido entonces a lo moral .
Por su parte, la prestigiosa jurista Aída Kemelmajer de Carlucci. «La desaparición del deber de fidelidad se realiza por supresión como deber jurídico y su transposición como deber moral», señaló.
«Este proyecto intenta pacificar en materia de conflictos matrimoniales. Hoy tenemos un régimen legal que no es pacificador», explicó.