«No soy de hablarlo, pero interiormente se lo agradezco mucho»

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Lo dijo Armando Oga, quien recibió un riñón de su hijo. Dos años después recuerda el caso que se revitaliza en el gesto conmovedor de Sandra Mihanovich.

El conmovedor acto solidario de Sandra Mihanovich, quien donó uno de sus riñones a su ahijada, revela un proceso que dejó de ser inédito en la Argentina y que tiene en Río Cuarto dos antecedentes recientes.
Los hijos del bicicletero Armando Oga y del ex titular del Cecis Luís Rébora fueron protagonistas de hechos similares que permitieron mejorar la calidad de vida de los afectados.
El 31 de mayo de 2010, se produjo el exitoso transplante del riñón que Daniel Oga donó a su padre Armando. La familia es oriunda de Huinca Renancó pero desde hace varios años residen en Río Cuarto.
Armando sufría una insuficiencia renal crónica que lo obligaba a largas sesiones de diálisis cada jornada y pone en riesgo su vida. A los 47 años, Armando observó un deterioro cotidiano de su salud y dejó de ser el principal sustento del hogar en el que vive con sus ocho hijos.
“Cuando se descompuso la última vez dije que no puede vivir así, si podía ayudarlo lo quería hacer. Los estudios salieron bien y le damos para adelante”, sostuvo Daniel en diálogo con Telediario antes de someterse a la operación.
Manifestó que “el viejo es el motor de la familia y tiene que estar”. “La decisión la pensé solo y después con mi señora, que me acompaña todo. No le pregunté nada a los médicos por los riesgos, no me interesa. Me dijeron que todo iba a salir bien.”, señaló.
Los Oga son una familia humilde que dependen del magro sueldo de Viviana, la mamá, y los pocos ingresos de la bicicletería Apolo.
En el caso de Rébora, la intervención se produjo en septiembre de 2010 y desde la Fundación por Más Vida, su titular, Miguel Moral, señaló que el trasplante se efectuó en Córdoba y la operación fue exitosa.
“Los casos en que los hijos donan un órgano a su padre no son lo habitual, en general sucede al revés. Sin embargo, es un hecho muy valioso”, precisó.

La solidaridad en cifras

En el 2011, se alcanzó otro récord histórico , con 1.377 trasplantados a partir de donantes que habían fallecido. Pero también hubo personas que –en vida– decidieron a ayudar a otros con uno de sus riñones o con parte de su hígado. Según el registro de estadísticas del Incucai, desde 2007 hasta el año pasado se realizaron 1.114 trasplantes de riñones con un donante vivo relacionado (es decir, con alguna relación de parentesco).

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