Un recreo saludable

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Mientras las cifras de obesidad infantil van en aumento, algunas instituciones proponen convertir en “saludables” a los kioscos de los colegios. Hoy son muy pocos los que ofrecen frutas, jugos naturales, cereales, verduras y productos lácteos.
El cuidado de la salud es una materia que no figura en los boletines de calificaciones. Tal vez porque serían muchos los desaprobados.La obesidad infantil es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los retos de salud pública más importantes del siglo XXI. A nivel mundial, se estima que 43 millones de chicos en edad preescolar (menores de 5 años) tienen sobrepeso o son obesos, lo que supone un aumento del 60 por ciento desde 1990.
Y, a diferencia de la mayoría de los adultos, “los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en que viven o los alimentos que consumen. También tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento. Por lo tanto, requieren una atención especial en la lucha contra la epidemia de obesidad”, destacó el doctor Javier Morán, catedrático de Innovación Alimentaria en la Universidad Católica San Antonio en Murcia, España, durante su reciente visita al país.
Una tendencia escolar que comienza a expandirse es la de ofrecer, en los descansos y recreos de los colegios, alimentos y productos más naturales. No sólo eso. En las ferias de alimentos internacionales, un rubro que está en pleno crecimiento es el las golosinas saludables. Están elaboradas con materias primas orgánicas vegetales, y en otros casos, son productos tradicionales pero libres de grasas, con bajos contenidos de azúcar, miel, sin edulcorantes artificiales, esencias naturales, semillas y bajos en sal.

Rico, pero sano

Una de las propuestas institucionales es la de la Fundación Cecilia Grierson, entidad de Bahía Blanca que creó un proyecto innovador que va de la mano de la educación para la salud, programa que incluye el asesoramiento para maestros y profesores de diferentes colegios, así como para instituciones interesadas en conocer hábitos alimenticios correctos.
“La intención es cuidar la forma de alimentarse de los chicos y concientizar acerca de la importancia que tiene una alimentación saludable, ofreciendo a los alumnos la posibilidad de adquirir jugos frutales, barras de cereales, galletas con la menor cantidad de grasas posibles, lácteos, panes y frutas. Por nuestra propuesta, en agosto de 2010 el Concejo Deliberante de Bahía Blanca sancionó una ordenanza para difundir los kioscos de este tipo en los establecimientos educativos de la ciudad”, explica la doctora María del Carmen Striebeck, presidenta de la fundación Grierson, entidad que trabaja en salud, educación y desarrollo social.
Es una propuesta de salud innovadora que surge ante el incremento de enfermedades asociadas a la mala alimentación y al escaso acceso a productos saludables. El programa, que ganó el Premio Cercanía con Comunidades Educativas de Fundación Telefónica, el Philip Vida, y fue preseleccionado para los premios Banco Galicia y Moviliza, establece el kiosco saludable permanente institucional en lugares educativos, deportivos y culturales, y el itinerante, que se instala en encuentros masivos como congresos, convenciones, ferias y jornadas. En todos ellos, capacitan a los responsables de las ventas acerca de la inocuidad de los productos que manipulan y sobre las prácticas de manufactura.

La Escuela 63 de Bahía Blanca tiene su kiosco saludable estiloGrierson desde 2008. “Los chicos no llevan golosinas. Ya están acostumbrados a los productos que se ofrecen, no hay gaseosas y sí bebidas saborizadas y jugos, sandwiches y frutas de estación que aportan las madres. La aplicación de la idea resultó un éxito”, comenta Fabiana Siete, directiva del establecimiento que reúne en varios turnos a 830 alumnos.

 

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