Hubo varios controles policiales y se reprodujeron largas colas de vehículos. Pese a la baja visibilidad hubo quejas de los conductores.
Por una fuerte tormenta de viento y tierra que afectó la región, durante varias horas la Policía debió cortar ruta 36 y hubo largas colas de vehículos en la carpeta asfáltica.
Después del mediodía, las ráfagas de viento que superaron los 50 kilómetros por hora generaron que el polvo en suspensión redujera abruptamente la visibilidad y los rodados comenzaron a colocarse peligrosamente sobre las banquinas.
Ante las complicaciones del viento, desde la Policía se realizaron varios cortes en el sector de la estación de servicio Withouck, Espinillo, Baigorria y Alcira Gigena.
En cada puesto, los efectivos informaron a los conductores sobre los riesgos que provocaba la tormenta de tierra y les impidieron el paso.
Pese al accionar preventivo de la Caminera, se comenzaron a reproducir los «bocinazos» en rechazo al control y algunos afectados pedían seguir camino.
«Hace más de una hora que estamos parados y ahora vamos a intentar tomar la ruta 158 porque se puede pasar. En la ruta 36 hay lugares donde no se puede transitar porque se ve muy poco», dijo Alberto, uno de los conductores.
Un joven motociclista que viajaba desde Capital Federal a Villa General Belgrano manifestó su «malestar» por los cortes, aunque admitió que el fuerte viento le imposibilitaba poder conducir con seguridad el rodado.
Ricardo, quien viajaba junto a su familia hacia Baigorria debió regresar ante la falta de visibilidad. «No se ve nada, hay lugares que por el viento y la tierra no sabés quien va a adelante, así es imposible viajar», sostuvo.
En el control de Espinillo, Marcelo, de profesión viajante, admitió la falta de responsabilidad de los conductores. «Tocan bocina y si los dejaran pasar seguirían, incluso yo también lo haría, no aprendemos más. Por tocar bocina no van a calmar el viento», ironizó.